La columna de Horacio Lachman.
De acuerdo con lo previsible, la economía continúa sin sobresaltos sustentada en un sólido apoyo político al Gobierno, que se pone de manifiesto en un notable fortalecimiento en el Congreso que garantiza el dictado de leyes que hasta hacía poco parecían de problemática aprobación. Eso garantiza la reforma laboral y tributaria así como el avance de la desregulación sin apelar a los desgastantes decretos de necesidad y urgencia (DNU) y vetos.
Pero si avanzar por esa vía, satisfaciendo así las aspiraciones del empresariado, generara tropiezos, está la garantía financiera de Estados Unidos con el swap de 20 mil millones de dólares, del cual se habrá usado hasta ahora sólo poco más del 15%.
Indicadores
Es notable como sobre fines de este año se retorna al escenario auspicioso de fines del año pasado. Pero también es visible que se hace muy difícil avanzar más allá, pese a que doce meses atrás se consideraba por muchos como natural.
En efecto, el riesgo país no cruza la línea de los 600 puntos, que había alcanzado entonces y lejos aún de la línea de los 400/500 puntos que parece imprescindible para lograr un acceso normal a los mercados internacionales de crédito. O sea que los bonos argentinos siguen siendo bonos basura por amplio margen.
Igual que los títulos de la deuda pública, las acciones tuvieron un fuerte repunte después de las elecciones y el respaldo de Trump. Tampoco superaron ese nivel a un mes largo del viraje político. Ya en la segunda semana de diciembre mostraban una tendencia más negativa que positiva.
La tasa de inflación, que se anunciaba desde el gobierno que estaría en un 1% para mediados de 2024, sigue arriba del 2% y noviembre/diciembre no tendría mayores bajas. Esos porcentajes son idénticos a los de fines del año pasado y comienzos del 2025.
Actividad
En cuanto a la actividad económica, en 2025 prevalecía una clara tendencia recesiva y, pese al manoseo de las estadísticas INDEC a partir de noviembre, todo indica que, por lo menos para los principales sectores de la economía, los niveles de producción del último trimestre serán similares a los del mismo período de 2024.
Los niveles de inversión no muestran reacción, siguen siendo muchas las fábricas que cierran, pero está vigente con toda su fuerza la expectativa de que pronto se pondrán en marcha grandes proyectos generadores de divisas. Allí estaría la solución para el sector externo, que enfrenta un profundo desequilibrio. La Argentina seguirá incumpliendo con las metas de reservas que le fijó el FMI y teniendo que hacer maniobras de alta ingeniería financiera para cubrir los vencimientos de la deuda.
Crecimiento
La motosierra hace posible que, con ayuda del FMI y Estados Unidos, la economía no pierda las importantes conquistas alcanzadas con el programa de ajuste. Pero no logra acercarse a la meta de un crecimiento autosostenido.
La nueva ola de reformas debería abrir ese camino.
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