El incremento del 1,8% en enero confirma las proyecciones de una inflación cercana a los niveles del año pasado durante 2018. La meta planteada luego de la revisión de las pautas a fines de año de 15% anual implica una inflación mensual del 1,17%. Por el contrario, un incremento del 1,8%, si se proyecta 12 meses, implica un incremento del 24%.
La inflación núcleo, o sea la despojada de la incidencia de los precios regulados y estacionales y que el gobierno considera la variable a seguir, subió en enero un 1,5%, lo que implica un 20% anual.
Por otra parte, enero no registró fuertes incrementos de precios regulados como sí se produjeron en febrero y se volverán a producir en abril. El índice de precios al consumidor de este mes está influido, además de los generalizados incrementos en los precios regulados, por la devaluación. Esta se expresó en gran medida en el alza del 4,6% de los precios mayoristas que incluye un incremento del 7,1% de los productos importados. Posiblemente el impacto de estos ajustes de precios se sienta durante febrero, cuando está previsto un aumento mayor al 2%.
Por ahora, en términos interanuales, la inflación que en diciembre se ubicaba en el 24,8%, avanzó en enero al 25% y sin duda volverá a acelerarse en febrero.
