Año nuevo, seguro nuevo

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Sergio Sabha, presidente de Gestión Seguros.

“La competencia de tasas es algo que marcó a fuego la historia de nuestro mercado asegurador. Esto solía producir resultados operativos negativos que eran revertidos por los resultados financieros, cerrando así balances superavitarios y distribuciones de utilidades entre los accionistas. Ahora bien, de un tiempo a esta parte, la ecuación se alteró y lo generado por la tenencia de inversiones ya no logra contrarrestar las pérdidas operativas en moneda dura”, escribe Sergio Sabha, presidente de Gestión Seguros, en la columna que Todo Riesgo reproduce a continuación.

Los griegos concebían el tiempo bajo dos formas, “kronos” y “kairós”, ambas diametralmente opuestas. El dios Kronos era representado como un gigante tan asustado de ser suplantado por sus hijos que se los terminó comiendo vivos. Simboliza el tiempo que transcurre, lo irrepetible. A su vez, Kairós era representado como un ser pequeño con un único mechón de pelo que colgaba detrás de su cabeza, el que debía ser agarrado en el momento preciso. Hace alusión a lo cualitativo y se relaciona con aquellos momentos en que suceden cosas importantes.

Paradójicamente, nuestro mercado asegurador se presenta ante nosotros con dos caminos posibles: el enfoque de Kronos y la continuidad del “piloto automático” al que venimos acostumbrados o la perspectiva desde Kairós, que busca oportunidades para capitalizar y generar nuevos comienzos.

Competencia

Como todos sabemos, la inflación es uno de los elementos que más desafía a nuestro sector asegurador. No sólo por el constante ajuste tarifario, sino también por el crecimiento de los costos siniestrales. Esto se ve potenciado por la competencia por la prima que hace que las compañías mantengan sus precios lo más bajos posibles para no perder cartera.

La competencia de tasas es algo que marcó a fuego la historia de nuestro mercado asegurador. Esto solía producir resultados operativos negativos que eran revertidos por los resultados financieros, cerrando así balances superavitarios y distribuciones de utilidades entre los accionistas. Ahora bien, de un tiempo a esta parte, la ecuación se alteró y lo generado por la tenencia de inversiones ya no logra contrarrestar las pérdidas operativas en moneda dura.

A la suba de los costos siniestrales ya comentada, se le suma el problema de la falta de suministros en ramos como el automotor. Esto se debe a la escasez de divisas que provoca dificultades para importar repuestos.

Fraude

Pero, sin duda, una de las cuestiones más nocivas en torno a los siniestros es el fraude. Según la Asociación Argentina de Compañías de Seguros, el monto de hechos fraudulentos asciende a los 100 mil millones de pesos anuales. Esta cifra implica que entre el 2 y el 3% de las primas se pierde en este tipo de cuestiones delictivas.

Tal es la importancia de este asunto que uno de cada dos siniestros pagados por las aseguradoras tiene algún componente de fraude. El principal foco de las falsas denuncias sigue siendo el seguro automotor, pero el resto de los ramos no está exento de esta cuestión. A modo de ejemplo, accidentes personales es el que representa las mayores cifras en términos económicos debido al alto costo de los tratamientos médicos y los daños que conllevan este tipo de siniestros.

Algunas compañías ya recurrieron a la inteligencia artificial y al big data para detectar con mayor exactitud los indicios de fraude. Esta tecnología también es crucial a la hora de la emisión ya que, en algunos casos, les permite a las aseguradoras conocer el historial siniestral de vehículos y personas.

Futuro

El futuro nos demanda acuerdos. Tenemos que saldar, por fin, la gran deuda pendiente de juntarnos todos los actores del sector asegurador en la misma mesa para debatir qué es lo mejor para nuestro mercado. En este encuentro, el Estado debe ocupar una importante silla. En la actualidad, la actividad aseguradora representa sólo el 3 % del PBI argentino, mientras que en otros países alcanza el 7 %. Revisar iniciativas público-privadas ya abordadas en otros países podría ser enriquecedor.

En 2023, Brasil lanzó el Plan de Desarrollo del Mercado de Seguros para ampliar su alcance y duplicar su participación en el PBI para 2030. La iniciativa, impulsada por el sector privado y respaldada por el Estado, busca aumentar la cantidad de asegurados en un 20 % mediante 65 acciones enfocadas en fortalecer la imagen del seguro, desarrollar aun más canales de distribución, lanzar nuevos productos y mejorar la regulación. Sus impulsores esperan que este proyecto facilite la integración con otros países latinoamericanos debido a la cercanía cultural, política y económica.

Diálogo

En 2024 debemos enfocarnos en la búsqueda de estos acuerdos. Es momento de ponernos a dialogar. Cada uno tiene una visión valiosa que aportar para que entre todos logremos una actividad aseguradora de calidad, cercana al Kairós y, por fin, lejos del Kronos.

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