La rectificación de las metas de inflación para 2018, de forma de hacerlas mínimamente creíbles, no sorprendió a la opinión pública porque el nivel que se mantenía (de 10% con un desvío de dos puntos admitida que la llevaba al 12%) carecía de toda base. Fijándose una meta del 15% para el año y postergando un año, hasta 2020, el objetivo de reducirla al 5%, el gobierno le da alguna lógica a la política antiinflacionaria, aunque de todas formas se trata de metas que tampoco resultan creíbles.
Debe tenerse en cuenta que enero se inicia con los fuertes aumentos tarifarios de diciembre, al que se agregará el macro aumento del transporte en un contexto de alza del dólar que necesariamente tendrá su secuela sobre los precios, comenzando con el combustible que tendría su ajuste en breve plazo.
Debe recordarse que para aproximarse a la meta del 12% anual para 2018, el Banco Central aspiraba a terminar 2017 con una tasa mensual del 1%. En lugar de ello, termina con una tasa mensual del 3%, lo que implica una inercia completamente distinta.
Por otra parte, la continuidad de la escalada del dólar durante y después de los anuncios le pone un ingrediente adicional a la escalada inflacionaria. La suba del dólar de diciembre parece reflejar la puja en el seno del gabinete económico en torno a la pauta de inflación y la política monetaria asociada a ella. Las metas originales del 12% para 2018 obligaban dentro de la estrategia del Banco Central a tasas de interés sumamente altas que afectaban severamente las posibilidades de crecimiento de la economía.
Al pasarse a metas de inflación más altas, se supone que cabe cierta relajación de la política monetaria, lo que hace más atractivo el dólar. Este enfoque, que tiende a corregir el atraso cambiario, parece más afín con la estrategia de la Jefatura de Gabinete y el Palacio de Hacienda.
De todas formas, se pusieron en movimiento fuerzas económicas cuya resultante es difícil de precisar, sobre todo teniendo en cuenta el pronunciado deterioro del sector externo al que dieron lugar las políticas seguidas.