Sin lugar a dudas, la pandemia por COVID-19 afectó por completo la vida en sociedad con consecuencias muy negativas en muchos aspectos y con algunas oportunidades de mejorar las políticas que se venían llevando a cabo en otros. Este es el caso de la seguridad vial y la movilidad urbana, ya que el cambio de escenario -sobre todo en el transporte público- permitió pensar nuevos abordajes y maneras de lograr un desplazamiento más sustentable.
Cambio de paradigma
En relación a este tema, Pointer dialogó con Horacio Botta Bernaus, abogado, investigador y docente con más de 36 años de experiencia en la temática. “La pandemia nos planteó un cambio de paradigma en el que el peatón y el ciudadano cobran gran protagonismo. La bicicleta dejó de ser un mero vehículo recreativo para convertirse en un nuevo medio de transporte. Desde el Estado deben acompañarse estas nuevas prácticas con medidas bien planificadas para garantizar seguridad y rutas adecuadas para los ciclistas”, reflexiona.
Al pensar el rol de las empresas en este nuevo escenario, Botta Bernaus afirma: “Ya no se trata sólo de ajustarse el cinturón de seguridad o manejar de manera responsable –dos aspectos centrales en educación vial- sino de que las empresas cuenten con una planificación amigable con el medio ambiente. Por ejemplo, que utilicen un solo auto para trasladar a varios empleados o eviten hacer viajes innecesarios”.
La tecnología, una gran aliada
A la hora de mejorar la movilidad, la tecnología es un engranaje muy importante ya que aporta datos relevantes para tomar decisiones acertadas.
“Existen herramientas tecnológicas que se convierten en grandes aliadas: la implementación de soluciones de manejo seguro en transporte, modelos predictivos para gestionar el flujo de tránsito, detección de comportamientos por video (machine learning), estacionamientos monitoreados por sensores IoT, matrices de movilidad peatonal, detección temprana de infracciones de tránsito y sistemas de feedback de maniobras riesgosas en tiempo real, entre otros avances tecnológicos que impulsan una modernización de la movilidad urbana”, enumera Martín López Ramos, gerente de Tecnología de Pointer.
En este sentido, la implementación de tecnologías inteligentes de comportamiento de manejo pueden reducir en gran porcentaje los accidentes viales, alineándose con los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) para 2030. Además, generan ahorros materiales en mantenimiento (por mal manejo de los vehículos), pólizas de seguros (al prevenir accidentes) y también evitando costos asociados a una mala imagen de marca.
“Con las soluciones de telemetría es posible detectar malos hábitos de conducción, evidenciables en maniobras como frenadas, giros y aceleraciones bruscas del vehículo. Estas no solo provocan desgaste de neumáticos y desperdicio de combustible sino que impactan notablemente en el medioambiente. En este contexto, el concepto de ‘Manejo Seguro’, que impulsamos desde la compañía, crece cada vez más gracias a la utilización de dispositivos conectados (IoT) que simplifican y hacen más seguras las tareas diarias de personas y organizaciones. Además, brindan datos de valor para tomar decisiones a futuro”, explica López Ramos.
Políticas adecuadas
Por otra parte, las políticas públicas relacionadas a este tema tan importante buscan contar con datos de calidad en tiempo real para utilizarlos en la toma de decisiones.
Debido a la situación epidemiológica mundial, los expertos optaron por fomentar dos herramientas ya conocidas:
• Vehículo particular. Tiene la problemática de que no todas las personas pueden acceder económicamente a este medio y que a nivel global la tendencia indica que las personas van a dejar de tener auto propio y utilizarán más servicios públicos de movilidad.
• Bicicleta. Ya era parte del plan, pero cobró velocidad con la incorporación de más ciclistas en los últimos dos años. La bicicleta fue el medio de transporte que más creció durante la cuarentena. Con la pandemia, su uso aumentó un 156% en el país y un 177% en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, según datos oficiales. El desafío es lograr bicisendas y/o caminos seguros en las grandes ciudades ya que el 86% de los siniestros viales en bici se da por fuera de las ciclovías.
Manejo seguro
En relación al transporte público, que de a poco va recuperando sus valores históricos, las organizaciones del sector ya están incorporando soluciones de manejo seguro, eco-conducción y medición de flujo de pasajeros, entre otras herramientas. Dichas soluciones sólo algunos años atrás eran muy poco aplicadas por esta industria.
“Por suerte hubo un cambio de paradigma. Las flotas de transporte público suman tecnología para mejorar su servicio y, por ende, la movilidad urbana de la mano de la reducción de incidentes viales y de las fatalidades o lesiones graves que esto conlleva, provocadas a partir de eventos evitables con el uso de estas soluciones”, explica López Ramos.
La clave está en avanzar en forma gradual, pero firme y sostenida, hacia una modalidad sustentable, que genera ahorros económicos y promueve el ejercicio físico, entre otros beneficios. Está comprobado que, al agregar nuevas formas de circular más amigables con el medio ambiente, las personas se vuelcan más hacia ellas.
Nota escrita por Pointer.
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