Munich Re estimó que el año pasado se perdieron 139.792 millones de euros debido a catástrofes en todo el mundo y solo la mitad de esas pérdidas estaban aseguradas (69.890 millones de euros), informó BDS.
Así, 2018 fue el cuarto año más costoso desde 1980 en términos de pérdidas aseguradas y se situó por encima de la media de los últimos 30 años (35.822 millones de euros). No obstante, la cifra de pérdidas por catástrofes naturales es menos de la mitad de la registrada en 2017. La cifra de pérdidas globales que estaba asegurada subió muy por encima de la media (28%). También se redujo significativamente el número de víctimas mortales: unas 10.400 frente a las 53 mil de media registradas en los últimos 30 años.
El percance más caro en términos económicos fue el denominado Camp Fire, uno de los incendios ocurridos al norte del estado de California con 14.410 millones de euros en pérdidas económicas, de las que estaban aseguradas 10.917 millones. En total, los incendios de California generaron una factura de 20.966 millones de euros, de los cuales estaban asegurados 15.725 millones.
“Este tipo de incendios masivos parecen ocurrir con más frecuencia como resultado del cambio climático”, advirtió Torsten Jeworrek, consejero de Munich Re. “Es necesaria una acción urgente para crear normas de construcción de edificios y de uso del suelo que ayuden a prevenir las pérdidas. Dada la mayor frecuencia de eventos con pérdidas catastróficas y los posibles vínculos entre ellos, la industria aseguradora tiene que examinar si los siniestros de 2018 estaban ya en sus radares o si necesitan reajustar su gestión de riesgos y estrategias de suscripción”, aconsejó.
En cuanto a los ciclones tropicales, el año pasado ocasionaron pérdidas totales por un valor de 49.801 millones de euros, de las cuales 25.337 millones estaban asegurados.
Por regiones, América del Norte acumuló el 68% de las pérdidas aseguradas, Asia el 23% y Europa el 8%. El resto (menos del 1%) se repartió entre Latinoamérica, Africa, Australia y Oceanía. En el caso de Europa, la sequía fue el tipo de catástrofe más cara para la industria aseguradora ya que, además de las pérdidas para la agricultura, se potenciaron los incendios.