La columna de Horacio Lachman
El alivio que provocó el descenso de la inflación de marzo a 13,2% es superado por preocupaciones mayores. La más grande es que se manipulen los índices futuros. Es un peligro real.
Desde el gobierno se asegura que las promociones de los supermercados elevan artificialmente los precios unitarios que toma el INDEC y entonces presionan a las empresas para que cambien de política.
Cambiar la muestra
Pero la realidad es que hace décadas que hay este tipo de promociones. Por eso comparar los datos históricos, donde siempre hubo promociones, con datos donde por la intervención del Estado se sacaron las promociones, distorsionará la comparación: es como cambiar la muestra. Eso es absolutamente claro.
Discutir sobre el peso de las promociones en el valor de la canasta no tiene sentido. Lo grave es que se quiera cambiar la muestra para disimular la inflación.
En síntesis: la existencia de promociones puede afectar el valor absoluto de la canasta, o sea ocultar el verdadero nivel de la pobreza. Pero como se trata de una modalidad de siempre lo correcto para medir la inflación es que comparemos siempre canastas con promociones incluidas.
Fundamentalismos
Más allá de estos detalles lo cierto es que, con la baja del dólar blue y la gigantesca inflación, quedamos con precios en dólares de la canasta familiar mayores a los internacionales. Y las autoridades convocaron a las grandes cadenas para pedirles explicaciones. ¿Le habrán contestado que “nunca hay fallos de mercado” y que toda intervención del Estado nos aleja del óptimo?
Sin dudas, el fundamentalismo de los que niegan el mercado es tan equivocado como el de quienes lo sacralizan. En una economía con tanta incertidumbre y expectativas como la argentina, pensar que los precios se forman igual que en una economía desarrollada es por lo menos una ingenuidad.
Inflación
El aumento de 13,2% en febrero, equivalentes a 342% anual, no es tranquilizador. Para el Gran Buenos Aires el INDEC estimó 15% de aumento. Y la canasta de pobreza, 15,6%. Pero lo que se destaca es que marzo viene con un incremento mucho mayor, que febrero dio “bajo” porque se postergaron aumentos tarifarios que este mes son gigantescos, además de los aumentos asociados a las comienzo de las clases y el inicio del otoño.
En marzo comenzará la indexación de muchas tarifas, las paritarias mostrarán muchos aumentos salariales y todo indica que, para la liquidación de la cosecha, habrá más devaluación. Además, las tasas de interés son muy negativas, de forma que todos saben que si sobra un peso es mucho mejor gastarlo que ahorrar.
La inflación en la Argentina tiene mucho que ver con el exceso de gasto público. Pero pensar que tiene esa única causa no tiene sentido.
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