La apertura de la actividad económica se está implementando en momentos en que los contagios y las muertes están creciendo velozmente. Esta decisión se toma porque los costos sociales de mantener el confinamiento se estaban haciendo demasiado altos. Sin duda, los resultados de la prolongada cuarentena en el Area Metropolitana de Buenos Aires no fueron los esperados y se hace necesario replantear la estrategia. La política económica pasa entonces a primer plano.
Eso no quiere decir que todo se hizo mal. Posiblemente, si no se hubiera dispuesto el enérgico aislamiento, la difusión del virus hubiera sido más acelerada.
Pero lo que parece equivocado fue suponer que era posible una derrota absoluta a la pandemia sin contar con una vacuna.
La necesidad de convivir con la enfermedad sin abandonar la lucha incesante contra ella pero administrando los recursos disponibles para el combate se hizo clara. Ya no cabe hablar de la economía post-pandemia.
Tampoco puede hablarse de la economía post-default. También la reestructuración de la deuda demuestra ser un problema más complejo del que se esperaba. El gobierno cede posiciones para lograr resultados y de esa forma quizás nos estemos alejando de la sustentabilidad buscada. Habrá que seguir lidiando con el excesivo endeudamiento del país sin contar con una tregua.
Para colmo, los aumentos de gastos y la caída de ingresos del Estado, asociados a la cuarentena, obligaron a apelar a un fuerte endeudamiento adicional. Primero, con la emisión, que es deuda no remunerada del Banco Central. Pero como la misma se hizo excesiva, fue necesario neutralizar sus efectos inflacionarios reabsorbiéndola con Letras. Hoy, las Lebac le cuestan al Estado muchísimo menos que en los años precedentes, pero igual se trata de una deuda y un déficit cuasifiscal de gran peso.
La puesta en marcha de medidas de política económica de mediano y largo plazo no puede esperar a que se supere la pandemia ni el problema de la deuda. El gobierno ya tiene en claro que no puede demorarse más y está comenzando a reaccionar. Los pasos en este sentido son de decisiva importancia. Por ahora, el paquete incluye:
- Una prolongada y generosa moratoria, y quizás blanqueo.
- Créditos subsidiados para recomponer el capital de trabajo.
- Un plan de obras públicas, empezando por PROCREAR.
- Mantener y hacer más eficientes los subsidios sociales.
- Una política de impulso e incorporación de valor agregado a las importaciones.
El tema es cómo se implementan estás políticas y cómo se continúa avanzando.
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