La evolución de la siniestralidad vial durante la pandemia

Durante 2020, la reducción abrupta de la circulación vehicular y de personas debido al confinamiento dispuesto para enfrentar la pandemia provocó una fuerte caída de la siniestralidad en el tránsito. Esto se advirtió especialmente en las dos primeras fases del aislamiento que abarcaron los meses de marzo y abril, mientras que durante diciembre pasado ya se observó un incremento de la siniestralidad.

Según informó la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), en 2020 hubo un total de 2.784 siniestros fatales en los que 3.138 personas perdieron la vida. El promedio diario de víctimas fatales fue de 8,6 por día.

Más datos

El informe del organismo oficial precisó que la tasa de siniestralidad fatal cada 100 mil habitantes fue del 6,1%, mientras que la tasa de mortalidad alcanzó el 6,9% y la de fatalidad cada 10 mil vehículos registrados fue del 1,2%. La siniestralidad fatal se concentró principalmente en zonas urbanas. En tanto, la tasa de fatalidad en motos es más del doble que la de automóviles, alcanzando el 44%. Según la ANSV, del total de víctimas fatales hubo 1.395 siniestrados que manejaban motos y 909 que circulaban en automotores.

Teniendo en cuenta el perfil de las víctimas fatales, el organismo oficial detalló que el 81% fueron hombres y el 19%, mujeres. Además, el 44% del total tenía entre 15 y 34 años. Las provincias con más mortalidad fueron Buenos Aires (660 víctimas), Santa Fe (334) y Córdoba (328).

Comportamientos

Por otra parte, Alberto Silveira, presidente de la asociación civil Luchemos por la Vida, señaló a Todo Riesgo que “la cuarentena por el coronavirus alteró los hábitos cotidianos y los modos de relación. Restringió la movilidad de la mayoría de la población, salvo la de los trabajadores esenciales y otras pocas excepciones. Esto se reflejó en una abrupta caída del tránsito vehicular y se generó la vista de calles desiertas en gran parte del país durante la primera fase. Este cambio motivó en quienes siguieron circulando sensaciones de mayor comodidad para circular y, en muchos de ellos, la creencia de que ello sería sinónimo de mayor libertad para moverse sin respeto de las reglas de tránsito”.

El especialista también reflexionó que “si bien se produjo una reducción de siniestros de tránsito al reducirse la cantidad de vehículos circulantes durante la cuarentena, aquello se dio en mucha menor proporción que la reducción del tránsito circulante. Se percibió en el comportamiento de muchos conductores un aumento de la velocidad por la creencia de que al haber poco tránsito esto no implicaría riesgos. Sin duda, menos gente en las calles y menos personas alcoholizadas y/o drogadas (ya que también se suspendieron los eventos sociales) resultan en menos vidas perdidas en el tránsito. Pero no debemos olvidar que el tránsito es un sistema organizado y conformado por cada uno de los que circulamos por calles y rutas. En él dependemos unos de otros”.

Vieja normalidad

Por otro lado, un informe que el Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV) hizo llegar a Todo Riesgo indicó que la siniestralidad vial grave durante 2020 bajó un 5% en rutas y caminos rurales con respecto a 2019. La mortalidad vial, en tanto, bajó un 7%. Sin embargo, el ISEV alertó que “febrero de 2021 ya no fue muy distinto al febrero de 2020 anterior a la pandemia” y que en marzo de este año “recuperamos la vieja normalidad al haberse incrementado la siniestralidad vial grave un 23,2% y la mortalidad vial, un 11%”.

El ISEV destacó especialmente la morbilidad vial, un indicador que pondera los lesionados graves como consecuencia de los siniestros. En marzo pasado registró un avance del 30,7% en la comparación con marzo de 2020.

Evolución de las tasas de siniestralidad y mortalidad vial

* Comparación con el mismo mes del año anterior.

FUENTE: ISEV.

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