Hay preocupación por las consecuencias de la pandemia del COVID-19, su poscuarentena y la salida de las restricciones en la movilidad sustentable y segura, a partir del crecimiento de siniestros viales graves, lesionados y muertos en la vía pública. Son coincidentes los diagnósticos al respecto en diversas sociedades en su movilidad.
Factores
La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos (NHTSA, por sus siglas en inglés), la Fundación Española para la Seguridad Vial (FESVIAL) y el Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV) coinciden en sus diagnósticos* en los siguientes aspectos centrales como factores que causan el problema:
• Mayor consumo de sustancias psicoactivas (y policonsumo con alcohol) en los conductores. “La proporción de conductores que dieron positivo por opioides casi se duplicó después de mediados de marzo de 2020, en comparación con los seis meses anteriores, mientras que la prevalencia de marihuana aumentó en aproximadamente un 50%”, según un informe de la NHTSA.
• Agresividad en los conductores. “La pandemia agravó los problemas emocionales de los conductores. Son más agresivos, se distraen más al volante y padecen insomnio y ansiedad”, de acuerdo con FESVIAL.
• Aumentó la cantidad de usuarios vulnerables (peatones, ciclistas y motociclistas) sin desarrollar los cambios necesarios en la infraestructura vial y su normativa, que compartimos todos. Respecto a ello, pocas empresas con vehículos mayores (ómnibus, colectivos y camiones) capacitan a sus conductores e implementan sistemas tecnológicos para superar ángulos ciegos en la conducción de sus unidades, como actualmente se desarrolla en Europa, afirmaron desde el ISEV.
Alerta
La gente está frustrada y enojada y es mayor el incumplimiento de las normas. Los patrones de conducción y comportamiento cambiaron significativamente. Datos de siniestros fatales muestran un 11% estimado de aumento de muertes relacionadas con el exceso de velocidad (NCSA, 2021) en EE.UU., según la NHTSA.
Otro factor que debemos añadir es la pérdida de práctica. “Estuvimos meses sin apenas conducir o haciendo desplazamientos cortos. Muchas personas que llevaban años sin conducir un coche o una moto lo volvieron a hacer ahora por miedo a contagiarse en el transporte público”, indicó la FESVIAL. En ese sentido, el ISEV afirmó que “el transporte público aún no recuperó (y menos aumentó) la carga de pasajeros de la prepandemia y se acentuó el uso del automotor particular y la moto”.
Resulta realmente una situación muy complicada que requiere de una respuesta de políticas públicas sistémicas y constantes en el tiempo. Esto no se resuelve con acciones aisladas. Y también requiere la suma del sector privado en el área de su Responsabilidad Social.
* Principales datos estadísticos que fundamentan el alerta:
• Estados Unidos: en los primeros seis meses de 2021 se estimó que 20.160 personas murieron en accidentes automovilísticos, un alarmante aumento del 18,4% con respecto a 2020. Esa es la mayor cantidad de muertes proyectadas para enero a junio desde 2006, informó la NHTSA.
• España: enero de 2022 fue el peor mes de fallecidos en siniestros viales desde 2012, alcanzándose la cifra record de 100 fallecidos en vías interurbanas.
• Argentina: en relación a los valores de la prepandemia (el año 2019), si bien en siniestralidad vial grave durante 2021 se registró casi un tercio menos (-30,5%) que en 2019, en mortalidad vial sólo alcanza una mínima diferencia de -4,5%. Esto evidencia una mayor severidad en los siniestros.
Columna escrita por Eduardo Bertotti, director del ISEV.
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