La evolución de los índices de actividad de la industria y la construcción correspondientes al mes de junio, recientemente publicados por el INDEC, confirma el favorable desarrollo de ambos sectores claves. Este ya había sido anticipado por los indicadores elaborados por las consultoras privadas.
Pronósticos y realidad
En el caso de la industria, el incremento mensual desestacionalizado fue del 10,5% y, en el de la construcción, del 6,8%. Se confirma así que los pronósticos agoreros de una recesión en el segundo trimestre del año demostraron ser falsos. Por otra parte, las expectativas de los empresarios de ambos sectores productivos para el tercer trimestre del año, de acuerdo a la encuesta realizada por el organismo estatal, son claramente favorables. En ambos casos, las empresas esperan el aumento de la demanda (en el caso de la industria, tanto de la interna como de la externa) y el empleo, superando holgadamente a los que proyectan su evolución negativa.
Si se observan las variaciones interanuales, la industria muestra un incremento del 19,1% y la construcción del 28,3%. No se trata sólo de comparaciones abultadas por el impacto negativo del confinamiento. De hecho, luego de la expansión artificial de 2017 asociada exclusivamente al ingreso de capitales especulativos que provocarían el estallido financiero y la recesión de 2018, la performance de ambos sectores fue claramente negativa en la Argentina. Hubo una reacción a comienzos de 2019, pero ya en el segundo semestre de ese año la caída de la industria y la construcción fue muy fuerte.
De esa forma, los niveles de actividad de la industria y la construcción hoy son superiores a los del 2019 y todo indica que esa brecha se mantendrá en los próximos meses.
Expectativas
De acuerdo a las mencionadas encuestas, en la construcción hay una expectativa optimista en materia de obra privada y muy optimista en materia de obra pública. Más de la mitad de las empresas que realizan obra pública ven un horizonte de crecimiento y el 36% estima que no habrá cambios. Sólo el 12,4% cree que habrá retroceso. Se espera que la expansión se concrete especialmente en obras viales, cloacales e infraestructura del transporte.
Por su parte, es muy importante tener en cuenta que en todas las ramas de la industria los números marcaron un significativo crecimiento, de la mano de la recuperación de la construcción y las industrias automotriz y petrolera.
Cuando la comparación interanual de la actividad de la construcción y la industria se haga sobre los niveles de actividad de fines del año pasado (ya favorecidos por la reapertura de la economía), la evolución seguirá marcando un crecimiento. Los índices alcanzados hoy son altos respecto a ese período del año pasado. Es decir que, con mantenerse constantes, igual se observaría una mejora, especialmente en el caso de la industria. Pero todo indica que el crecimiento continuará mes a mes.
Esta expansión se asocia a los magros niveles de ocupación de la capacidad instalada y del mercado interno en los últimos años. En 2022 el crecimiento exigirá de la inversión. Se trata de otro desafío, pero que resultaba imposible de concretar en una economía sin posibilidades de pago.
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