La columna de Horacio Lachman.
El informe monetario diario del Banco Central (BCRA) da información con un par de días de atraso y que, a veces, difiere con la que al terminar la jornada la institución monetaria brinda a los medios. Pero es sin duda relevante y mucho más completa. Por supuesto está en línea con la que se informa al término de cada jornada. E, igual que esta, no es tranquilizadora.
BCRA
Viendo los números dados a conocer el viernes pasado se advierte, en primer lugar, el hecho positivo de que la base monetaria, tal como lo anunció el BCRA, está prácticamente congelada desde picos alcanzados en junio. La inflación prosiguió, aunque al nivel del 4%, quiere decir que ya no es lo que era, aunque todavía sea muy alta y, en consecuencia, hay síntomas de faltante de pesos y presión alcista en la tasa de interés. Si bien lleva una expansión de 144 % en lo que va del año, también es cierto que ante el hecho de que la inflación ya no es explosiva (para la Argentina, porque si lo es en el resto del mundo) el público retiene más saldos en pesos. O sea, hay un aumento de la demanda de dinero.
Pero no es favorable la evolución de las reservas internacionales. Ubicadas las reservas brutas en USS 27.300 millones, son levemente inferiores a las de 30 días atrás y también a las de doce meses atrás. No hay información sobre las reservas netas, pero según los distintos criterios para considerar los pasivos del BCRA estarían entre 5.000 y 6.000 millones negativos. O sea, una mitad holgada de la que se recibió al traspaso del gobierno actual, después de la cosecha gruesa que normalmente brinda el mayor flujo de reservas del año.
Esto quiere decir que se continúa en una posición de gran vulnerabilidad. Sobre todo teniendo en cuenta que las reprogramaciones de deuda que hizo el ministro Guzmán en 2020 y 2021 establecieron una escala de vencimientos crecientes desde este año en adelante. Está claro que Argentina no está en condiciones de reemplazar los vencimientos con nuevas colocaciones en el sector privado dado el absoluto desinterés que muestra el mercado, hecho que se refleja en las altas tasas de riesgo país. Tampoco el FMI se muestra interesado. En ese sentido, por más que los dólares libres bajan (con una intervención del BCRA muy cercana a todo el superávit comercial), la deuda Argentina muestra más signos de suba que de alza.
Tendencia
Pese a una mayor monetización, reflejada en los saldos líquidos y depósitos del sector privado, la fuerte reducción de los depósitos en cuenta corriente del sector público hace que las distintas formas de definir el dinero muestren una tendencia declinante.
Eso parece bueno en el marco de una política antinflacionaria. Pero como síntoma del nivel de actividad, los préstamos al sector privado muestran, luego de una fuerte aceleración a partir de junio, que se están frenando. Incluso, los adelantos y descuentos, el principal componente, muestran una tendencia levemente declinante ya desde julio.
Todo lo cual, conforma un panorama complejo que no permite llegar a un diagnostico definitivo, pero merece una observación detallada.
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