El comportamiento favorable de los mercados no debe llevar a subestimar la magnitud de la crisis de la economía a nivel local y global.
Desde ya que, en nuestro país, las mejores cotizaciones de bonos y acciones está asociado a la proximidad del acuerdo para la reestructuración de la deuda pública que permitirá una caída del riesgo país. De esa forma se evitará que continúe deteriorándose la situación financiera y posiblemente se reduzca la brecha cambiaria. De continuar la tendencia alcista del precio del petróleo a nivel global también puede esperarse una reanudación de la inversión en Vaca Muerta. También el incremento de las exportaciones petroleras.
Dificultades
De todas formas, no será fácil una recuperación de la confianza en un país que reiteradamente cae en la cesación de pagos y, por ende, en la necesidad de un duro control de cambios. Esto dificulta la importación de insumos y la remesa de utilidades. Argentina no sólo sufrió una descomunal caída de la actividad, como lo confirman las recientes cifras del INDEC, sino que evitó una depresión aún más dramática en base a subsidios financiados con una elevada expansión monetaria. Esta última no puede mantenerse en el tiempo sin generar grandes presiones inflacionarias. Es más, el exceso de emisión deberá ser reabsorbido, lo que implica un esfuerzo adicional.
El sector externo tampoco dará tregua y la recuperación de la capacidad del pago del país no será rápida. El balance comercial será afectado por el bajo precio de la soja y el maíz. Asimismo, la recuperación del ingreso de turistas al país será muy lenta. El comportamiento de la economía internacional, y particularmente de Brasil, continuará siendo negativo. Esto también hará difícil el crecimiento de nuestras exportaciones.
Recuperación
Los hechos que pueden facilitar una recuperación de la economía también deben tenerse en cuenta. Por ejemplo, el diferimiento del pago de la deuda por una reprogramación. La pandemia también facilita el ajuste fiscal al permitir que se parta de menores salarios reales del sector público y de las jubilaciones. Las empresas tienen muy reducidos stocks, elevada capacidad ocioso y amplia disponibilidad de mano de obra para retomar la actividad. La cuarentena postergó consumos que no podrán postergarse en tanto la capacidad de compra vaya recuperándose.
En este escenario complejo, la gestión pública y el consenso político, por un lado, y la adecuada definición de una estrategia de desarrollo a largo plazo, por el otro, jugaran un rol decisivo.
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