El martes 22 de octubre, Fundación Mapfre llevó adelante la presentación del informe “El mercado asegurador latinoamericano en 2023”. El estudio fue elaborado por Mapfre Economics, en colaboración con la fundación, y analiza la evolución de los mercados aseguradores de la región con datos sectoriales agregados para el conjunto de América Latina e información detallada de 19 países. Además de examinar lo sucedido durante el año pasado, también aborda la evolución del seguro a lo largo del periodo 2013/2023.
Al respecto, Todo Riesgo entrevistó a Ricardo González, director de Análisis, Estudios Sectoriales y Regulación de Mapfre Economics.
– ¿Cuáles son los principales logros del seguro latinoamericano en su desarrollo y cuáles son sus principales déficits?
– Entre los logros pondría lo que está avanzando el sector para cerrar la brecha que tiene con los mercados desarrollados, que todavía es muy grande. Es un sector que tiene poco peso en lo que es el seguro mundial comparado con lo que es el tamaño de su población y de su PBI. Tiene poco peso, pero mucho potencial. Viene cerrando bien la brecha, sobre todo en lo que es el negocio de no vida.
Todos los seguros de autos, salud y los relacionados con la propiedad, las empresas y los comercios están funcionando. Van cerrando más brecha que el seguro de vida, que está muy poco desarrollado, salvo en algunos países que son una excepción, como Brasil. El caso de la Argentina debe ser el caso extremo de los que no lo pudieron desarrollar casi nada.
En lo que es el negocio de no vida en la Argentina, el nivel de penetración no es tan bajo, no lo tiene del todo mal. Se debe a que hay unos seguros, que son los de riesgos del trabajo, que, dependiendo de los países, están gestionados por aseguradoras privadas o no. En el caso de la Argentina y en el de Colombia, por ejemplo, lo está por privadas. Eso hace que la penetración de los seguros de no vida está un poco desarrollada.
Vida
– En la Argentina, con la falta de moneda, el tema de vida es más serio. Pero hay otros países, como Brasil, que señalas ya están alcanzando niveles de seguros de vida del primer mundo.
– En el caso de Brasil, creo que lo hicieron muy bien. Tenían la idea de que querían potenciar los seguros de vida con el ahorro; que en el ahorro de la gente a mediano y largo plazo, las aseguradoras fuesen un actor principal junto con los bancos y los fondos de inversión. Pero le dieron un papel más preponderante a las aseguradoras de vida con un trato fiscal favorable.
Diseñaron un producto con dos modalidades: VGBL y PGBL Para mí, el diseño de la fiscalidad de ese producto es una genialidad, está muy bien. Es como un plan de ahorro. Tomaron como referencia a los variable annuity estadounidenses, me parece. Entonces, es un plan de ahorro que tiene mucho incentivo a que la gente meta dinero en esos planes y luego tiene desincentivos, o sea, perderías los ventajas fiscales si retiras. Pero son desincentivos progresivos: si retiras pequeñas cantidades, no pierdes los beneficios; si son cantidades más grandes, entonces ya sí. Están funcionando muy bien. Y tiene otra característica ese producto y es que el canal de distribución es el banco asegurador. Es decir, se distribuyen a través de las oficinas de los bancos. Entonces, tiene mucho alcance y mucha capilaridad.
El caso de Brasil es un caso de éxito, pero es un caso de éxito por una política bien diseñada.
– ¿Pensás que la Argentina podría tomar dicho ejemplo o necesitaría modificar su situación macroeconómica antes de poder aplicar esas ideas?
– El tema también de estos productos son las inversiones que llevan detrás. En Brasil, estos productos están respaldados con deuda soberana a corto plazo normalmente, con lo cual dan un interés alto y tienen muy poco riesgo. En la Argentina, la regulación no facilita mucho el tema porque intenta dirigir un poco las inversiones de las entidades. Muchas veces, eso impide que te puedas meter en inversiones a mediano y largo plazo por un tema de riesgos.
Políticas públicas
– Respecto de las políticas que en América Latina se están llevando para la regulación y el desarrollo del mercado asegurador, ¿pensás que hay un gran espacio para mejorarlas?
– Pueden ayudar mucho. Lo que más ayuda es el nivel de renta per cápita de la población y que haya una clase media amplia. Eso es un catalizador muy importante para el negocio asegurador. Lo tenemos estudiado por activa y por pasiva y tienen una correlación muy alta. Entonces, a medida que vas mejorando la renta per cápita de la población, llega un punto de inflexión y el sector asegurador crece incluso más rápido que lo que crece la renta disponible. Pero hay que llegar a ese punto y las políticas públicas pueden ayudar.
El ejemplo de los beneficios fiscales para los productos de ahorro es clarísimo, pero también están ayudando en la Argentina con el tema de los seguros de riesgos del trabajo. Eso es una decisión de política pública que se gestionó con aseguradoras privadas. Entonces, aumenta la penetración. Otros países que tienen algo al respecto -Chile y Uruguay, por ejemplo- se apoyan mucho para el complemento de las pensiones obligatorias con pensiones privadas que son gestionadas por las aseguradoras, además de con rentas vitalicias.
Es decir, sí que influyen las políticas públicas.
Sistema previsional
– Pensando en el caso latinoamericano, ¿pensás que el seguro en América Latina puede jugar un rol importante en el refortalecimiento de los sistemas previsionales?
– Sí, puede. Por ejemplo, el Reino Unido, que es un país muy desarrollado, el pilar complementario empresarial y el complementario privado, los dos pilares privados, estaban muy desarrollados.
Un poco, representa un tema también de cultura y de educación financiera y de pensar que el tipo de cliente de las entidades es más un ahorrador que un inversor. Entonces, ¿qué te va a gestionar? A lo mejor no vas a tener una rentabilidad tan fuerte, pero no vas a tener pérdidas. Vas a ir acumulando para la jubilación, que al final es de lo que se trata.
Es decir, requiere también una infraestructura y estabilidad financiera. Eso es muy importante porque estos entornos inflacionarios tan fuertes son muy difíciles de gestionar por la gente que gestiona las carteras de inversión. Entonces, si se estabiliza todo, eso seguro que ayuda a poder reforzar el pilar complementario de las pensiones con la ayuda de aseguradoras privadas.
Mapfre
– En cuanto a la relación de Mapfre con el seguro latinoamericano, ¿cuál es la importancia que tiene el mercado latinoamericano para el Grupo?
– Publicamos hace poquito el ranking de los mayores grupos aseguradores que operan en América Latina. En ese ranking, en lo que es el negocio de no vida, el Grupo Mapfre está en la primera posición. En vida ya no porque están las grandes aseguradoras brasileñas, que son banco – aseguradoras y muy grandes.
Pero es una región estratégica para Mapfre.
Catástrofes
– El seguro mundial tuvo un impacto muy fuerte de los huracanes, que en la siniestralidad viene creciendo. Ahora, estamos con pérdidas gigantescas por los huracanes en Florida. ¿Qué impacto pensás que tendrá todo eso sobre el seguro global?
– En ese tipo de siniestros de catástrofes, todavía hay una brecha de aseguramiento muy grande. No todos esos siniestros son asegurables: las compañías aseguran hasta un límite de capacidad. A partir de ahí, siempre tienen límites en los contratos a los que no pueden acceder. El reaseguro juega un papel muy importante también.
Técnicamente tuvieron daños. Estas son actividades que en diez años funcionan muy bien y en un año hay una pérdida. Ese es el negocio en sí. Cada vez que ocurre un siniestro de este tipo, la parte cubierta por entidades aseguradoras no es muy grande. Eso se podría mejorar, pero para mejorarlo hacen falta instituciones, una colaboración público-privada.
Por ejemplo, en España tenemos el Consorcio de Compensación de Seguros, que le da mucha estabilidad a la actividad aseguradora porque hay unos fondos acumulados y ayudan a hacer frente a estos siniestros. Las aseguradoras también lo sufren, pero no llegan a cubrir el 100% de estas catástrofes.
Cambio climático
– Circuló un número muy general de que el seguro tendría siniestros por 50 mil millones de dólares que afrontar por el reciente huracan Milton. Se calcula que con el cambio climático se van a ir acentuando, ¿no?
– Puede ser. No lo tocamos exactamente en este informe porque eso es muy específico. Sacaremos el año que viene un informe sobre cambio climático y riesgos extraordinarios.
Quien da mucha información sobre esto es Swiss Re. La reaseguradora publica cada año unos informes en los que cuantifica cuáles fueron los siniestros, las catástrofes a nivel mundial y también cuánto quedó cubierto por el seguro.
– Hasta ahora, la Argentina parece menos susceptible al cambio climático, pero están apareciendo como en toda América el tema de incendios, inundaciones y sequías. Parecería ser que todo el continente está afectado.
– Sí, las sequías en especial. 2022 fue un año que motivó pérdidas a las entidades. Se cubrió todo el riesgo. El seguro agrario cubre este tipo de eventos y ofrece una buena cobertura. Ahí hay menos brechas, diría yo. 2023 también fue un año catastrófico, pero oscila. Pero sí que es verdad que los siniestros que se llaman de segundo nivel se están incrementando.
Riesgos geopolíticos
– Junto al tema del cambio climático, un tema que afecta sin duda el riesgo a nivel mundial es una situación geopolítica cada vez más crítica. Aunque afortunadamente está fuera de las áreas de conflicto, el costo del reaseguro a América Latina sí le impacta.
– Lo que realmente hace eso con la actividad aseguradora es que la estimula. Ocurrió con la pandemia. A raíz de ésta, mucha gente tomó conciencia del riesgo y estimuló los seguros de vida para caso de muerte y los seguros de salud. Hizo que en la actividad reaseguradora, que se había ablandado -las primas que se cobraban venían a no ser suficientes para cubrir los siniestros-, la gente haya puesto en la balanza lo que son las primas y el riesgo que cubre y mejoró en primas. Y se endureció un poco el mercado, es cierto.
La Argentina
– Contanos un poco sobre la situación del mercado asegurador en la Argentina.
– En la lista de los 19 países que analizamos, la Argentina quedó bastante bien en 2023 en crecimiento del negocio en moneda local. Corrigiendo el efecto de la inflación, que si no se hace esa corrección no es posible comparar bien, quedó en primer lugar. En dólares, quedó en cuarto lugar después de México, Costa Rica y Chile.
Esta inflación tan alta distorsiona un poco las cosas y a veces no se observa bien. Pero sí veo que el sector asegurador en la Argentina tiene capacidad para hacer frente a episodios inflacionistas que otros sectores de actividad a lo mejor no la tienen.
Perspectivas
– Es decir que la industria aseguradora argentina tuvo resultados positivos.
– Hay cuadros comparativos de los 19 países y 2023 realmente no fue un año malo. “Salvaron la ropa”, como decimos aquí. Quedaron bien en volumen de negocio y en rentabilidad. Se espera que este año sea complicado porque la economía se está contrayendo mucho. Pero también estamos viendo que la inflación empieza a ceder y a haber un poco de desinflación. Ya todos los organismos están corrigiendo las estimaciones de crecimiento para 2025 al alza. Ahora, entraría en crecimiento positivo la economía y eso le va muy bien al sector asegurador. Este año es complicado, pero en 2025 puede ir mejorando.
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