En el marco de fuertes críticas al programa económico por parte de economistas liberales como José Luis Espert, Miguel Angel Broda y Guillermo Nielsen, se conocieron estimaciones del Fondo Monetario Internacional muy alejadas del optimismo oficial sobre la marcha de la economía. Para el FMI, la inflación de este año desbordará por completo la meta del 12% al 17% fijada por el Banco Central, para alcanzar el 25,6%.
Por otra parte, el crecimiento del Producto Bruto Interno que se proyectó en 3,5% en el Presupuesto Nacional, y que según el gobierno podría ser mayor, se calcula en sólo el 2,2%. O sea, inferior a la caída observada este año, de forma que 2018 se iniciaría con un nivel inferior al de 2015.
El organismo internacional, que tiene una óptima relación con la Argentina luego de haber mejorado nuestro país sus vínculos durante el año pasado, considera que 2018 también será de bajo crecimiento del PBI (2,3%) y elevada inflación (18,7%).
Sin embargo, lo más serio es que estos magros resultados se darían con una acentuación de los problemas en el sector externo ya que el déficit de la cuenta corriente del Balance de Pagos, que habría llegado al 2,6% el año pasado, pasaría según el FMI al 2,9% este año y al 3,4% en 2018, el déficit más pronunciado de la región con la sola excepción de los países del Caribe.
En sus proyecciones para este año, el Fondo abandona las estimaciones de una reacción significativa de la economía brasilera durante este año, proyectando apenas un crecimiento del 0,2% del PBI y del 1,7% para 2018, lo que obviamente condiciona severamente las posibilidades de recuperación de la Argentina.
