“Los resultados y las consecuencias de la pandemia aún no pueden ser evaluados”, expresó Alfredo González Moledo, presidente de la Asociación Argentina de Cooperativas y Mutualidades de Seguros (AACMS), en diálogo con Todo Riesgo. “Esto comenzó casi un semestre antes del cierre de los balances de las empresas y es obvio que los efectos van a continuar en el ejercicio 2021. Se puede anticipar que, frente a la gran cantidad de cierre de comercios y de industrias, el potencial de seguros que generaban todas esas empresas se vio afectado. Mientras tanto, las que permanecieron fueron disminuyendo sus coberturas. En el caso de automotores, aquellos que tomaban coberturas de todo riesgo optaron por coberturas de menores costos”, relató el directivo.
Asimismo, González Moledo sostuvo que “las autoridades nacionales, salvo la Secretaría de Finanzas o el Ministerio de Economía a través de Finanzas, estuvieron trabajando conjuntamente con el sector en algún que otro proyecto para ver la posibilidad de encontrar una interacción en cuanto a las políticas del gobierno y del seguro (turismo, plantaciones y zonas marginales, entre otras) sin haber podido lograr los objetivos. Esto debido a que se necesitan fondos de garantía para algunos de los riesgos que se pretenden cubrir. De lo contrario, es prácticamente imposible ampararlos y el costo sería muy alto, con lo cual perdería interés para el gobierno”.
Organismo de control
Asimismo, la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) “morigeró algunos efectos de resoluciones emitidas con el gobierno anterior, donde la política económica era otra. En ese gobierno hablábamos de una economía prácticamente de libre de mercado, en la cual era importante trabajar libremente en el exterior sin necesidad de retención nacional y con la posibilidad de obtener los dólares estadounidenses necesarios para el pago de primas, de siniestros, etc. Como la política económica cambió en su totalidad (basta ver las nuevas resoluciones en materia cambiaria para darse cuenta de que las reglas cambiaron radicalmente), la SSN elaboró algunas cláusulas, en las cuales las pólizas en moneda extranjera podrán convertirse a pesos argentinos en caso de pagos por indemnizaciones. Esto dificultará las negociaciones, sobre todo en lo referente a seguros de vida”, consideró el ejecutivo.
En lo personal, prosiguió González Moledo, “creo que aún faltan nuevas medidas. Si bien no hubo reuniones formales en la SSN, sí tuvimos diálogo con la superintendenta Adriana Guida, una persona muy asequible, pero evidentemente tiene que concordar su política con la del Ministerio de Economía. Tendremos que esperar para ver qué resoluciones se pueden adecuar a la nueva realidad económica”.
Reprogramación de la deuda
En tanto, el directivo aseguró que la reprogramación de la deuda ya impactó sobre el mercado asegurador: “Los inversores (dentro de los cuales se encuentran las compañías), que bajo las normas de gobiernos anteriores invirtieron parte de sus reservas en bonos, tuvieron que canjear todas las reservas que tenían dolarizadas (ya sea en bonos, títulos o cualquier otro instrumento) por otros certificados con vencimientos a veinte años o convertirlos a moneda nacional. Esto tiene un gran impacto y es un problema sumamente delicado. No hay que olvidarse que el seguro venía trabajando con pérdida técnica y se subvencionaba con los resultados financieros, lo cual arrojaba un balance muy ajustado. Esto le permitió proseguir a la mayoría de las empresas”.
Luego de todos estos cambios, continuó González Moledo, “nos encontramos con que hubo una gran pérdida del circuito financiero, que las tasas disminuyeron y que, si bien ahora volvieron a subir, el resultado aún es absolutamente menor al que existía en el régimen anterior”.
Teletrabajo
En otro orden de cosas, el presidente de AACMS manifestó que “el trabajo virtual es una herramienta que le permitió al sector continuar desarrollando su actividad habitual con el 100% de la dotación del personal. La modalidad de teletrabajo es transitoria. Si esto se tuviese que convertir en una modalidad definitiva, hay muchas salvedades que deberán tenerse en cuenta y discutirlas. Por ejemplo, cómo evaluar los costos, si bien una eventual reducción de metros cuadrados aparece como una disminución de gastos en cuanto a lo edilicio. También el tema de los dependientes quienes, si bien no tendrán la necesidad de cubrir gastos de almuerzo o refrigerio y de transportes, sí tendrán otros gastos como, por ejemplo, Internet, insumos de hardware, etc. Es un tema que hay que evaluar muy bien porque, de lo contrario, no se logrará el objetivo”.
González Moledo estimó en este sentido que el teletrabajo “es un tema que las cámaras representativas de la actividad deberán dialogar con la organización gremial. La recientemente sancionada Ley 27.555 sobre Régimen Legal del Contrato de Teletrabajo debería ser revisada en algunos aspectos. El teletrabajo es algo que comenzó por una necesidad y es probable que continúe, pero hay que analizar profundamente de qué forma. Si se lo aplica de manera inteligente, será una variable más. Pero que quede claro que esto no puede llegar a ser un gremio dentro de otro gremio. Al respecto, debe tenerse en cuenta la importancia de la unidad de criterios entre las cámaras y la representación gremial”.
Necesidades de cobertura
Consultado sobre las nuevas necesidades de seguro en el actual escenario, el ejecutivo informó que “las coberturas que se piden son de potencialidad catastrófica, como las de girasol en el norte o las sequías en la zona de La Pampa. Básicamente, las necesidades de nuevas coberturas están dadas por responsabilidad civil, en el caso del teletrabajo, que demanda nuevas coberturas y modificaciones en las existentes en virtud de los cambios en la modalidad laboral. No obstante, no hubo grandes novedades en cuanto a las coberturas”.
Luego, continuó, “tenemos empresas que aplicaron rebajas sustanciales en el costo del seguro por la necesidad de captar mercado o por su encaje de primas con coberturas realmente insostenibles. Quiero recordar que, hace no muchos años, un seguro de edificio de casas de familias era de un peso por mil el edificio y casi dos pesos por mil el contenido; ahora está todo en 0,30 pesos por mil. Esto no puede bajarse. Hay que tener en cuenta que se agregaron muchos riesgos adicionales como explosión, caída de aeronaves e impacto de vehículos terrestres. Se fue creciendo en cuanto a capacidad de cobertura y disminuyendo en el valor de prima”.
Aumento aparente
En esta línea, González Moledo argumentó que “los asegurados creen que le aumentan el costo del seguro. Pero los seguros no se incrementan porque, por lo general, representan el valor sobre una prima porcentualizada, la cual es comparable con el valor de la unidad que se asegura. Si tenemos un vehículo cuyo valor ronda los 60 mil dólares, su valor en pesos hoy es mucho mayor. Evidentemente, si hoy se pretende aplicar esa tarifa, nos vamos a encontrar con un aparente aumento, pero en verdad no lo hay. Hubo una devaluación de la moneda nacional”.
Tenemos también que, “frente a una ley de edificios y propiedad horizontal, en la que es obligatoria la contratación de un seguro, terminan asegurándose solo los espacios comunes, como escaleras y entrepisos, pero las unidades funcionales no se cubren. Esto es totalmente absurdo. Si bien no hubo nuevas necesidades de cobertura, sí hay mucho por aggiornar y actualizar. Hay mucho trabajo por realizar en este aspecto”, expresó el directivo.
Perspectivas
Finalmente, el presidente de la AACMS reflexionó que “hablar de desarrollo es casi imposible. Para que haya crecimiento, tiene que haber crecimiento del país y de la economía global. Sobre esa base, sí se puede pensar en un desarrollo. En el actual contexto no veo probable un crecimiento en el mercado de seguros local”.
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