Los últimos datos económicos claves

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Nuevamente, los datos conocidos en los últimos días confirman la mejora en la situación económica argentina durante el año pasado que veníamos analizando en esta columna. En primer lugar, debe considerarse la estimación de la Unión Industrial Argentina que reveló que en los once primeros meses del año pasado la producción fue un 7,3% superior a la del mismo período de 2019. Para el sector pyme, evaluado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la industria alcanzó en 2021 un nivel superior al 3,8% respecto a 2019.

Datos

Así, se están superando los niveles a los que nos redujeron la crisis externa de 2018 y la pandemia. Actualmente hay problemas de abastecimiento de insumos por restricciones a la importación pero, de todas formas, las encuestas revelan que la mayoría de las empresas tienen un pronóstico favorable. En tanto, el petróleo tuvo su mejor año desde 2011 y el acero, el mejor desde 2014.

Por su parte, el INDEC dio a conocer las cifras del comercio exterior del año pasado. Las exportaciones, pese al cepo, crecieron un 42%, alcanzando el mayor nivel en nueve años. Con un aumento del 49%, las importaciones alcanzaron el mayor nivel en tres años. El saldo comercial es el mayor en la última década con la excepción de 2019. Pero ese año el resultado se logró por el derrumbe de las importaciones en una economía fuertemente recesiva y el año pasado se concretó en un contexto de recuperación económica. Además, la actual política económica hizo posible que también se alcance en 2020 y 2021 superávit en la cuenta corriente del balance de pagos, logro imprescindible para reducir el endeudamiento externo y que no se tenía desde 2008.

En cuanto al resultado fiscal del año, según informó en estos días el Ministerio de Economía, el déficit primario fue del 3% del PBI y el déficit total del 4,5%. Durante 2020, el déficit primario alcanzó al 6,5% del PBI y el total al 8,5%. Es decir que en un año electoral el déficit fiscal se redujo a la mitad, aun cuando los gastos pandemia no desaparecieron.

Escenario y perspectivas

Estos indicadores revelan que la macroeconomía está funcionada bien. El aumento de la inflación no puede analizarse sin tener en cuenta la incertidumbre política, el peso de la deuda impagable con el FMI sobre las expectativas y por ende sobre el mercado cambiario y, desde ya, que el país carezca de acceso a los mercados para su financiamiento por el virtual estado de cesación de pagos al que se ingresó en 2018. En ese momento se cerró el acceso a todo tipo de financiamiento al país y desde entonces los capitales sólo tiene una dirección: escapar de nuestras fronteras.

El reingreso de los capitales al país está asociado, en primer lugar, a que el desarrollo del mercado justifique la inversión en el país, cuando la capacidad instalada y aun no utilizada sea plenamente aprovechada y permita expandir las empresas. Una reprogramación de la deuda con el FMI que afloje el estrangulamiento externo y despeje el temor a la cesación de pagos en el marco de una firme política industrial, permitiría ingresar en una nueva etapa de desarrollo sostenido con las postergadas grandes inversiones en infraestructura, energía y demás sectores estratégicos que requiere el largo plazo.

 

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