La columna de Horacio Lachman.
El estancamiento de la actividad productiva quedó confirmado al conocerse el viernes pasado los índices mensuales de actividad económica e industrial correspondientes a septiembre de 2024.
Actividad productiva
En su conjunto, la economía mostró en el noveno mes del año una caída en términos desestacionalizados del 0,3% respecto de agosto. El acumulado de los nuevo meses lleva un retroceso del 3,1%, a pesar de la gigantesca influencia positiva en el segundo trimestre del agro y las industrias derivadas frente a la gigantesca sequía de 2023.
Si se considera la evolución de la “tendencia ciclo” que elabora el INDEC, queda muy marcado que después de una constante caída de actividad que arrancó en el segundo semestre del año pasado, la evolución del estimador muestra en julio, agosto y septiembre pasado una “variación” del 0%. Ello confirma que la tendencia actual es la de estancamiento, no la de recuperación. Hay que tener una visión muy sesgada para interpretar que, porque algunos sectores mejoran, comenzó la recuperación, a pesar de que otros continúan cayendo.
Si vamos a la evolución interanual de cada una de las ramas productivas que integran el indicador que estamos analizando, vemos que la industria muestra de septiembre de 2023 a septiembre de 2024 un retroceso del 6,2%; la construcción, del 16,6%; el comercio, del 8,3% y el rubro electricidad, gas y agua, del 4,2%. Muestran variación interanual positiva el agro, la minería y la intermediación financiera.
Industria
Yendo al Indicador de Producción Industrial para detallar este rubro de vital importancia en el PBI y el empleo, la industria aparece en los últimos meses como un sector en recuperación, aunque continúa por debajo de los niveles del año pasado.
En julio, agosto y septiembre, la industria estuvo creciendo mes a mes. Incluso, en julio dio un salto respecto de junio del 7,5%, avanzó en agosto un 1,8% y un 2,6% en septiembre. Pero la única rama de la producción industrial que se muestra en expansión es alimentos, bebidas y tabaco. Dentro de esta franja, sólo la molienda de oleaginosas tuvo un aumento interanual del 95% y acumulado en el año del 37,2%. Todos los demás rubros tuvieron un retroceso, con la única excepción de la muy leve variación de la producción aviar. Es decir, lo único que crece en la producción industrial es el sector ligado a la elaboración de los productos de la cosecha gruesa que, como se sabe, dio un salto gigantesco este año por razones climáticas.
Mercado interno
En síntesis, las indicadores del viernes pasado confirman que la economía sigue estancada. Con algunos sectores importantes vinculados en gran medida a la exportación y, por contraste con la sequía de 2023, que se están recuperando, otros, asociados al mercado interno, continúan en retroceso.
Este fenómeno expresa la caída del mercado interno. El poder adquisitivo no aumenta, aunque el salario suba engañosamente más que el costo de vida que publica el INDEC. Los ponderadores del índice están muy atrasados. Toda la población está forzada a consumir menos bienes porque tiene que afrontar un aumento gigantesco del precio de servicios, que pasaron a absorber la mayor parte del ingreso.
Perspectiva
Todavía está por verse si la reacción muy favorable en el precio del dólar, los bonos y las acciones, junto a la fuerte baja de la tasa de inflación, fenómenos asociados a la recuperación de la solvencia fiscal, van a incidir significativamente en la actividad, el empleo y el salario. Para que ello ocurra, la mejora macroeconómica debería traducirse en inversiones significativas, capaces de incidir sobre el empleo y las remuneraciones.
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