Durante el primer semestre del año, el déficit total del sector publico alcanzó los 255.500 millones de pesos, un 43,4% más que en el mismo período del año pasado. El déficit primario, que no incluye los intereses de la deuda, alcanzó los 144.200 millones de pesos, con un aumento del 28% respecto al mismo período del año anterior. Sin embargo, el Ministerio de Hacienda mostró su entusiasmo por el sobrecumplimiento de la meta fiscal, ya que en el primer semestre el déficit primario alcanzó, según sus estimaciones, el 1,5% del PBI para una meta del 2% del PBI.
El déficit total es un 77% mayor al déficit primario. Mientras el déficit total creció entre el primer semestre de este año y el primer semestre del año pasado 77.300 millones, el déficit primario creció 31.500 millones. Fijar como meta el resultado primario, cuando la política actual incluye el endeudamiento como instrumento fundamental, es ocultar el agravamiento de la situación fiscal.
El cálculo oficial basado en el resultado primario presentó un incremento de los ingresos primarios en el semestre del 32% y un incremento del gasto, apenas menor, del 31,5%. De esa forma, el crecimiento del déficit fue del 28%, equivalente a 31.500 millones de pesos, y cotejado con las estimaciones de crecimiento del Producto da el resultado de un déficit del 1,5% del Producto. Sin embargo, la “moderación” que se obtuvo en el gasto primario aparece completamente desbordada por los incrementos en los servicios financieros que subieron, entre este año y el año pasado, a 77.300 millones de pesos. Este gigantesco aumento de la carga financiera sobre el erario público contrasta con la magra economía inferior a los 5 mil millones de pesos que se obtuvo en el período en materia de subsidios económicos, pese al alto costo social de los tarifazos.