La estabilidad de los distintos dólares libres, mientras continúa un regular ritmo de ajuste del tipo de cambio oficial, es un factor tranquilizador. Pero la inflación no cede y continúan proyectándose elevados niveles de aumentos de precios para los próximos meses. Además, pese a la soja, el riesgo país vuela.
Muy preocupante son las bajas cotizaciones de los activos argentinos, bonos y acciones, que no paran de declinar, reflejando preocupación por la solvencia externa del país.
Sin embargo, aparece en el horizonte la perspectiva de que se hará sostenido el aumento en los mercados globales del precio de nuestros principales productos de exportación.
Si bien el aumento de las tasas internacionales pueden frenar este proceso, no parece en condiciones de revertirlo. También es cierto que estas subas alimentan la inflación local. Pero el problema mas crítico es, sin dudas, el sector externo.
Así, la compleja coyuntura continua mostrando signos contradictorios. Todo indica el fracaso de las proyecciones catastróficas, pero el ritmo de la recuperación aún no es claro.
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