Los indicadores económicos marcan la lenta declinación de la actividad económica y del consumo, con el consiguiente deterioro de la de por sí grave situación social. Sin embargo, como contrapartida, se advierte una progresiva mejora en los indicadores macroeconómicos. Ello desmiente a quienes estiman inexorable un estallido de características dramáticas de la situación. También pierden sentido las propuestas de solución que plantean que un shock con ese costo es la única solución posible.
Dólares y pesos
El incremento del dólar en los mercados no controlados no resulta para nada preocupante si se advierte la diferencia entre el aumento de esta cotización frente a los precios o los salarios.
En cambio, los mercados registran una significativa recuperación de las cotizaciones de los bonos, las acciones y las reservas internacionales. Todo ello refleja una mejora de las expectativas desde su derrumbe en la crisis política y económica de junio y julio pasado.
Se revirtió la tendencia al retiro de los plazos fijos en dólares y crecen los depósitos en pesos. El gobierno logra refinanciar con holgura los vencimientos de deuda en pesos y el déficit fiscal viene disminuyendo en los últimos meses. El comercio exterior muestra un fuerte superávit, que aporta divisas genuinas. Hay varios créditos significativos de organismos internacionales próximos a ingresar
Escenario
Mientras tanto, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional avanza fluidamente. Esto permite avizorar que 2023 podrá sobrellevarse sin nuevos sobresaltos de magnitud y con una buena probabilidad de ingresar en una senda de recuperación de la actividad y declinación de la inflación.
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