Dos años después del inicio de la pandemia, la economía global continúa recuperándose pero aún se enfrenta a desafíos importantes. Después de la pausa en el tercer trimestre de 2021, la variante Omicron destacó la imprevisibilidad de la pandemia y agravó uno de los principales factores que afectan la recuperación: las interrupciones en las cadenas de suministro. El otro gran riesgo es el de una inflación sostenida en el tiempo. La información se desprende del reporte sobre riesgo país y sectorial del cuarto trimestre de 2021 elaborado por Coface antes del estallido de la guerra en Ucrania.
En este entorno de incertidumbre, Coface apenas cambió las evaluaciones de riesgo tras las actualizaciones en trimestres anteriores. Mejoraron las evaluaciones de riesgo de cuatro países, incluida Dinamarca, y se degradaron en dos. En términos de riesgo sectorial, se revisaron doce evaluaciones, especialmente en la industria del papel y la madera, donde los precios siguen subiendo. De la misma forma, se llevaron a cabo cinco degradaciones, principalmente en el sector energético en Europa.
Desaceleración
La situación sanitaria volvió a exigir la implementación de restricciones en muchos países. Sin embargo, aunque algunos países europeos aplicaron medidas de confinamiento parcial, en general fueron mucho menos drásticas que antes. Por lo tanto, los efectos económicos directos fueron menos significativos, incluso cuando las consecuencias siguen siendo negativas para sectores como el transporte aéreo, el turismo y los restaurantes.
Por otro lado, tras afectar inicialmente a la industria del automóvil, las dificultades de la cadena de suministro se extendieron a la mayoría de los sectores, desde la fabricación hasta la construcción. La vuelta a la normalidad sigue siendo difícil de predecir, pero parece que una relajación gradual a partir de la primera mitad de 2022 es demasiado optimista. Es probable que continúen las interrupciones y la escasez de materiales. Por esto, Coface rebajó sus previsiones de crecimiento del PBI para 2022 en varios países europeos, así como en Estados Unidos y China.
Además, aunque la recuperación continúa, el número de insolvencias debería aumentar gradualmente en 2022, como ya ocurre en el Reino Unido. Las insolvencias todavía son muy bajas en la mayoría de los países, incluidos Estados Unidos, Francia y Alemania
Inflación
El otro gran riesgo es la inflación, que se está volviendo cada vez más importante. Particularmente, está sucediendo a medida que continúa la escalada de los precios de las materias primas alimentada por la inercia de la oferta a corto plazo y las tensiones geopolíticas. Esta inflación está siendo impulsada por los precios de los bienes manufacturados en muchas economías ya que las empresas trasladan los aumentos en los costos de producción a los precios al consumidor. Estos altos precios de las materias primas están beneficiando a los grandes ganadores habituales. Se espera que la región del Golfo Pérsico registre un sólido crecimiento en 2022.
Noruega registró el superávit comercial más alto de su historia gracias a las crecientes exportaciones de petróleo y gas. Finalmente, muchos países africanos, incluso aquellos afectados por conflictos armados o agitación política, se vieron beneficiado de los altos precios de la energía, los minerales, la madera y los productos agrícolas.
En Estados Unidos, la inflación y los problemas de oferta frenaron el impulso de la recuperación. Si bien se espera que el crecimiento del PBI se mantenga sólido en 2022 (3,7%), la situación actual seguirá afectando la actividad. En el cuarto trimestre de 2021, la tasa de inflación anual alcanzó el 7%, su nivel más alto en 40 años. En respuesta a este aumento de precios, la Reserva Federal se volvió más agresiva e insinuó una inminente subida de tasas, lo que provocó un endurecimiento monetario en algunos países emergentes.
En Europa, las interrupciones en las cadenas de suministro, combinadas con la fuerte demanda, provocaron un aumento de los precios de producción y de la energía. Alemania experimenta la inflación más alta en más de 30 años. La situación es algo dispar en el resto de la zona del euro. La inflación sigue siendo relativamente moderada en Francia, mientras que los precios se dispararon en España. En el Reino Unido, la inflación subió hasta el 5,4%. Esto llevó al Banco de Inglaterra a convertirse en el primer gran banco central en subir su tasa de interés en diciembre de 2021, antes de hacerlo por segunda vez a principios de febrero.
El escenario central indicado por Coface sigue siendo el de una inflación cercana al máximo. Se suavizará a medida que los precios de la energía y los cuellos de botella de la cadena de suministro disminuyan en la segunda mitad del año.
Presiones sociales
Este fuerte aumento de los riesgos inflacionarios incrementa las presiones sociales en los países emergentes y en desarrollo. Dichas presiones ya se habían visto reforzadas por el aumento de la desigualdad asociado a la pandemia.
En Africa, los altos precios de la energía y los alimentos, que pesan mucho sobre los hogares, limitaron el consumo hasta el punto de que la inseguridad alimentaria y la pobreza crecieron. El apoyo fiscal, ya muy limitado en el continente debido a los niveles de deuda pública, se retiraron y el desempleo es alto en la mayoría de los países. Sudáfrica, Argelia, Angola, Mozambique, Nigeria, República Democrática del Congo, Zimbabue, Etiopía, Guinea y Túnez son ejemplos de países que experimentan presiones sociales cada vez mayores como resultado de la crisis.
El informe de Coface puede leerse y descargarse aquí.
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