Todo Riesgo dialogó con Matías Cetolini, gerente de La Dulce Cooperativa de Seguros.
¿Qué comportamiento mostraron las ventas y los resultados del ramo riesgos agropecuarios y forestales en La Dulce durante el ejercicio 2018/2019?
Las ventas mostraron un crecimiento global de 135 mil hectáreas, un 15% con respecto al ejercicio anterior, logrando el récord histórico de la institución de alcanzar más de un millón de hectáreas aseguradas. La campaña fina tuvo un crecimiento del 32% con respecto a la campaña anterior (94 mil hectáreas más) y la campaña gruesa mostró un incremento de 41 mil hectáreas (un 7% más). Durante la última campaña, la siniestralidad, antes de devolución del excedente de prima de la cooperativa, estuvo en un 52%.
¿Cuáles son las expectativas de venta para la campaña agrícola 2019/2020?
Las expectativas de ventas para la campaña 2019/2020 son consolidar las 1.014.000 hectáreas aseguradas, suceso histórico en la cooperativa, y continuar fidelizando al asociado e incorporando productores agropecuarios al sistema cooperativo en todas nuestras zonas de coberturas, siempre priorizando un servicio de excelencia.
¿Qué características tiene el producto estrella que ofrecen actualmente en este ramo?
El seguro tradicional, que cubre granizo más incendio del 80% más resiembra del 20% al 30%, indemniza a partir del 6% de daño (franquicia no deducible del 6%) y registra el 67% de las contrataciones, destacándose el inicio de vigencia para granizo a las doce horas del día siguiente al de la contratación del seguro. Además de los adelantos en siniestros especiales, cubre aquellos daños de gravedad ocasionados por granizo, viento, incendio y todos los casos de resiembra.
¿Hubo novedades en el desarrollo de nuevas coberturas (seguros paramétrico e integral) para el campo?
En lo referido a seguros paramétricos e integral se están analizando diferentes alternativas de desarrollo. Se necesita infraestructura tecnológica adecuada para su implementación y una correlación aceptable, con la importancia que tiene ya que el destinatario final de la cobertura es el productor agropecuario. Debe instrumentarse bien para evitar inconvenientes posteriores.