El 10 de junio de 1945 cambió el sentido de circulación de las calles de la Argentina para que el tránsito se adaptara a los nuevos vehículos que, en su mayoría, se importaban de Estados Unidos y tenían el volante a la izquierda. De esta manera, se dejó atrás la forma de manejar a la inglesa.
Todo ello implicó modificar hábitos y conductas. Por eso, esta fecha se utiliza para conmemorar el Día Nacional de la Seguridad Vial. Hace 77 años se iniciaron cambios profundos. Hoy también los necesitamos para cambiar la cultura vial y reducir la siniestralidad.
Conciencia
No es un día feriado, de festejos, ni de celebraciones. Fue creado para generar conciencia y creemos que es una ocasión propicia para reforzar los conceptos por los que venimos trabajando todo el año desde Centro de Experimentación y Seguridad Vial (CESVI) Argentina.
En esta oportunidad nos propusimos lanzar una campaña de concientización haciendo foco en tres temas centrales en la siniestralidad argentina actual, como el exceso de velocidad, el alcohol al volante y la no utilización del casco al conducir motovehículos.
Apelamos a la frialdad y la contundencia que aportan los datos, pero también con soluciones preventivas a cada una de estas problemáticas que ponen en riesgo a propios y ajenos. Aprovechando el contexto aún imperante del COVID-19, establecimos un paralelismo porque, al igual que el coronavirus, los siniestros de tránsito también forman parte de una pandemia.
En este caso no necesitamos laboratorios para elaborar fórmulas milagrosas porque cada uno de nosotros tiene a su alcance la “vacuna” para erradicar este flagelo. Hacen falta educación, sentido común, prudencia y compromiso.
Preocupaciones en agenda
Mientras que la ley de Alcohol Cero para todo el país se está tratando en el Congreso de la Nación, en uno de cada cuatro siniestros viales con fallecidos está presente la ingesta de bebidas alcohólicas.
A la espera de que se haga efectiva la legislación, la recomendación repetida es sencilla: “Si vas a manejar, no bebas”. No es un capricho. El consumo de alcohol disminuye la actividad de los sentidos y produce pérdida de reflejos, somnolencia y cansancio. Todos efectos nocivos a la hora de manejar.
El parque de motovehículos sigue creciendo en la Argentina por el bajo costo de las unidades, por ser una solución de movilidad que se presenta para estos tiempos de ciudades convulsionadas y el auge de los trabajos de delivery, mensajería y correo. En paralelo, las estadísticas alarman: el 46% de las víctimas fatales en siniestros durante 2021 fueron motociclistas, de acuerdo con la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV).
Desde CESVI Argentina no nos cansamos de insistir con la importancia del uso del casco sin excepción alguna para el que maneja y su acompañante. Según la Organización de las Naciones Unidas, la utilización de este elemento de seguridad reduce en un 70% las posibilidades de lesiones graves.
Otro tema que preocupa es la falta de respeto a las velocidades máximas permitidas que fueron puestas, sin dudas, pensando en las posibilidades de frenar a tiempo y evitar colisiones. La realidad es que el 40% de los choques se deben al exceso de velocidad. Entonces, para qué exponerse a semejante riesgo cuando lo único impostergable es la vida.
Consigna
Las consignas son claras y desde CESVI Argentina proponemos “Que en esta pandemia los números no sigan aumentando. Frenarla depende de vos”. El coronavirus va a terminar algún día, pero los siniestros de tránsito convivirán siempre entre nosotros, aunque podemos hacer mucho para que empiecen a disminuir de una vez por todas.
Columna escrita por CESVI Argentina.
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