Un taxista que circulaba frente a una escuela al doble de la velocidad permitida, un especialista en marketing digital con una cantidad de multas equivalentes a 850 puntos del scoring y un empresario con 40 excesos de velocidad acumulados, son algunos de los nuevos conductores suspendidos por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) y la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) a partir del convenio celebrado en mayo de este año. Con esta nueva tanda, los sancionados llegan a 30. Ahora, para recuperar la licencia, todos ellos deberán abonar las multas pendientes y realizar nuevamente el proceso de exámenes psicofísico, teórico y práctico.
Sistema
El criterio de selección de los infractores consiste en la combinación de cantidad de faltas graves y el tiempo en que se cometieron: diez o más hechos en los últimos seis meses. El sistema emite las alertas, la Unidad de Control de Faltas intima a que se presenten y la ANSV bloquea preventivamente la licencia. Si los citados no comparecen en el plazo de tiempo estipulado o no aportan un descargo admisible, se dicta la sanción y se suspende el registro hasta la regularización de la situación.
“Esta herramienta permite detectar a aquellos conductores que se ponen en riesgo a sí mismos y a los que comparten con ellos la vía pública y, llegado el caso, quitarles la licencia porque demostraron no merecerla. Estamos hablando de violadores asiduos de los límites de velocidad, de la luz roja, de los límites de alcoholemia. De conductores que más tarde o más temprano protagonizarán un siniestro vial que puede ser grave. Valoramos la decisión del ministro Marcelo D’Alessandro de sumarse a esta propuesta e invitamos a otras ciudades de la Argentina a replicar esta iniciativa con nosotros”, señaló el director ejecutivo de la ANSV, Pablo Martínez Carignano.
Faltas graves
En este sentido, las principales faltas de tránsito graves que contempla el convenio firmado entre la ANSV y el GCBA son la conducción bajo los efectos del alcohol, estupefacientes u otra sustancia que disminuya las condiciones psicofísicas normales, y la negativa al test de alcoholemia en un control. Además, el convenio resalta la gravedad de no respetar la señalización de los semáforos y los límites de velocidad permitidos, circular sin la documentación correspondiente y adulterar la patente del vehículo.
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