Todo Riesgo dialogó con Julián Calabró, suscriptor Riesgos Agropecuarios de Victoria Seguros.
¿Cómo buscarán incrementar la participación de Victoria Seguros en el ramo de riesgos agropecuarios y forestales?
En Victoria Seguros, desde hace varias campañas venimos trabajando satisfactoriamente en la búsqueda de un crecimiento sostenido en la cantidad de hectáreas cubiertas. Continuaremos en esta senda. Para las próximas campañas apuntamos a crecer en aquellas zonas en las que actualmente no tenemos tanta presencia, buscando con ello continuar diversificando nuestra cartera.
¿Cuál es el principal producto que ofrece la compañía para este ramo?
Nuestro principal producto para este ramo es la cobertura de Granizo Clásica o Tradicional. La misma es un seguro combinado que le brinda al asegurado las tres coberturas esenciales para sus cultivos (granizo, incendio y daños tempranos por granizo), permitiéndole además adicionar otras coberturas contra diferentes adversidades climáticas.
– Incendio: se cubre ante un incendio producido por cualquier causa. La suma asegurada es del 80% de la suma asegurada para granizo.
-Daños tempranos por granizo (trigo, soja, maíz y girasol): ofrece cobertura desde la emergencia del cultivo hasta el comienzo de la cobertura completa de granizo. La suma asegurada es del 20% de la suma asegurada para granizo.
Contamos con distintas formas de contratación. El Seguro Agrícola Victoria protege el patrimonio del productor agropecuario adaptándose a las necesidades de su producción, brindándole la posibilidad de fijar el valor asegurado en pesos, dólares o quintales.
¿Cuáles son las oportunidades y las debilidades que presenta el ramo de riesgos agropecuarios y forestales a nivel mercado?
Las principales oportunidades que presenta el sector vienen de la mano de la quita de retenciones a las exportaciones, generando un aumento en el área sembrada y favoreciendo la diversidad de cultivos. Estas políticas vienen acompañadas por el aumento de precios en los granos, que se traduce en mayores sumas aseguradas.
Sus debilidades están atadas a los eventos climáticos adversos, que en algunos casos generan una disminución en el área sembrada y, a su vez, un alza en las tasas de siniestralidad.