Las dramáticas perspectivas

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Las perspectivas de la economía argentina para este año y el venidero empeoraron sustancialmente, según la evaluación de los principales estudios económicos recogidos por el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) en junio, recientemente dado a conocer por el Banco Central de la República Argentina.

Cabe señalar que la estimación surge de las consultas efectuadas a 52 consultoras y bancos nacionales y extranjeros seleccionados por la institución monetaria, en la que claramente prevalecen equipos de economistas identificados en gran medida con el actual Gobierno. Por ello puede considerarse que estas miradas son pronunciadamente optimistas.

Del REM surge que se espera para 2018 una inflación del 30% y del 20,2% para 2019. O sea, el doble de la pauta anual reajustada que había fijado el Gobierno para 2018 e incluso, para 2019, un incremento sensiblemente mayor al 15% pautado para este año. En cuanto al PBI, se estima para 2018 un aumento del 0,4% y de apenas el 1,6% para 2019, año de una elección presidencial en el país que siempre lleva a aplicar políticas expansivas.

La verdad que es muy difícil hacer una proyección por la profunda caída de la demanda de dinero observada en la actualidad y por la necesidad de llevar las tasas a un nivel mayor al 60% anual a raíz de las Letes que paga el Banco Central. Estas proyecciones se basan en su mayoría en “lo peor ya pasó”, que intentaba imponer el Gobierno y que retomó a fines de junio. El actual escenario económico que lleva necesariamente a una mayor conflictividad política y social y los pronunciados desequilibrios macroeconómicos que aún subsisten no permiten descartar nuevas crisis en el mercado cambiario que impacten con fuerza sobre el nivel de inflación y caídas del PBI sustancialmente mayores durante este año y el próximo. Así lo estiman muchos economistas, cuyos cálculos, sin embargo, quedaron diluidos en el promedio de todas las consultas.