Es difícil entender la dirección que quienes conducen hoy las empresas de seguros pretenden darle a la industria.
Las formas de administrar cambiaron. Muy difícil que una industria tan ligada al progreso y al crecimiento de sus clientes no crezca a su velocidad.
Disculparán que comience este articulo duramente, pero sólo pretendo despertar de un letargo que los aseguradores tuvimos y propongo analizar el futuro y la modernización que tenemos por delante y que sería imperdonable dejar pasar.
Hace años que no veo una Superintendencia de Seguros tan orientada a mejorar el sistema. Tenemos un organismo de control dispuesto a escuchar, es momento de ponernos al servicio de la modernización.
Quiero destacar el ramo de caución que ahora con su dinámica se encuentra con la oportunidad de convertirse en la herramienta más dinamizadora de la economía, fundamental como apoyo a los proyectos que necesita el país.
Recientemente volví de viaje, donde participé de tres eventos internacionales para este ramo, y como siempre las partes más ricas fueron las conversaciones privadas y las distintas visiones que los mercados perciben desde lo estratégico.
Fue común denominador la necesidad de llevar las compañías a la tecnología y a la virtualidad en absolutamente todos sus procesos.
Afirmo que no hay compañía europea en el ramo de caución que no haya avanzado en esta dirección, oficina sin papeles para ellas, sus usuarios, el gobierno y sus proveedores.
¿En qué etapa estamos nosotros? Avanzamos mucho, todavía falta y hago hincapié en el ramo de caución ya que, al emitir garantías, la eventualidad de un error cobra un grado de importancia delicado siendo que este no es subsanable, desprotegiendo, en consecuencia, a alguna de las partes. Por este motivo, la calidad del producto alcanza certeza a través de la digitalización. Llevamos años haciéndolo con la Administración Nacional de Aduanas, donde tuvo un nivel altísimo de éxito.
Desapareció el error formal y se sumó la rapidez de poder emitir una póliza y que, en tiempo real, ¡la recibiera cualquier aduana en alguno de los 57 puntos del país que toman pólizas diariamente!
Es absolutamente posible trasladar este régimen de garantías a nivel nacional, sería un ahorro para la administración pública contar con esta herramienta en todo el país. Llevaría el control de manera mucho más ordenada con ajustes mínimos a su tecnología.
Corresponde decir que estos sistemas encriptados evitan adulteraciones al documento o negar su existencia por parte de cualquiera de los actores, siendo de una confiabilidad absoluta.
La Superintendencia de Seguros de la Nación está citando a una ronda de consultas con el fin de modernizar el sistema, nunca un llamado más oportuno.
El segundo tema es el sistema de cobranzas. El seguro de caución no puede anularse ni la compañía aseguradora desconocer su responsabilidad por la falta de pago de la prima, esto conlleva a que reiteradamente muchas usuarios sólo abonen una o dos cuotas dejando de pagar las siguientes, así se produce un inmediato descalce entre los fondos percibidos y los riesgos que se corren, provocando problemas de liquidez y la imposibilidad, ocasional, de cumplir con las obligaciones de solidez que requiere el organismo de control, curiosamente, sin complicidad del asegurador.
Se desarrollaron métodos que protegen este desencaje obligando a las compañías deudoras a que cancelen sus cuotas antes de cambiar de aseguradora. Otros proponen cobrar por lo menos un año por adelantado y no de manera trimestral como aquí. Ese sistema ayudaría a mantener más equilibrado el modelo, pero fallaría en garantías de períodos largos.
Ambos métodos complementados perfeccionan más el sistema.
Dar de baja la póliza es contra la esencia del seguro de caución y debe descartarse.
Encontrar una solución a estas dos situaciones conllevaría a un desarrollo del seguro, un fortalecimiento de las compañías y una expansión en los productos ofrecidos.
Finalizo destacando que ninguna de estas dos asignaturas son las únicas a resolver, pero sí señalar que estos dos temas planteados son de fácil aplicación. El mercado cuenta con la tecnología para hacerlo, falta un empujón en la decisión política, por eso es tan valiosa la actitud de la Superintendencia de Seguros de la Nación para colaborar en las etapas hacia la modernización del sistema.
Nota escrita por Gustavo Krieger, presidente de Afianzadora.