Mejoran las perspectivas de crecimiento para 2018

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Los éxitos políticos retroalimentan los resultados económicos. Particularmente en la actual coyuntura donde la economía depende significativamente del ingreso de capitales que financien los elevados déficit fiscal y externo. La confianza en la continuidad de las reglas de juego y la posibilidad de que el gobierno consolidado en las urnas pueda hacer los ajustes macroeconómicos necesarios garantizan la continuidad del flujo de fondos del exterior.

En ese contexto es viable la continuidad del crecimiento económico este año y el próximo, pero en porcentajes acotados hasta que los ajustes macroeconómicos se concreten. Las profundas distorsiones que se traducen en déficits sin precedentes de la balanza comercial y de la cuenta corriente del balance de pagos, así como en el frente fiscal, no permiten abrir un horizonte de crecimiento sostenido en el largo plazo, ya que el grueso de los capitales que ingresan sin financieros de corto plazo y hay poca radicación de inversiones productivas.

Durante octubre, diversos organismos internacionales dieron a conocer proyecciones de crecimiento para la economía argentina. El último fue la CEPAL, que estimo la tasa en 2,4% para 2017 y 2,7% para 2018. El FMI proyectó 2,5% de crecimiento y el Banco Mundial 2,7% con porcentajes similares para 2018.

En principio, el incremento de este año apenas implica una recuperación de la caída observada en 2016, de forma que se retornaría a los niveles de 2015. La continuidad de este crecimiento durante 2018 implicaría un cambio significativo respecto a lo ocurrido en los últimos años donde se crecía en el año electoral y se retrocedía al año siguiente frente a la necesidad de corregir los desequilibrios acumulados en el año electoral, para crear un clima favorable. De todas maneras, no es sustentable en el largo plazo “apalancarse” con un incremento de 30 mil millones de dólares al año como viene haciendo la actual gestión.