No sorprendió el índice de Costo de Vida de agosto, con un incremento mensual del 1,4% a nivel nacional, muy similar a los registrados por el llamado índice “Congreso”, el de la CGT y el de la mayoría de las consultoras privadas. De esa forma, la inflación anual se proyecta entre 20 y 24% según la magnitud de los tarifazos que se esperan para fines de octubre, noviembre y diciembre.
Despejada la incidencia de la escalada del dólar, que subió un 4,4% en julio pero cayó un 1,7% en agosto, el mes no tuvo impactos que lo desequilibraran. Sólo el aumento de las prepagas llevó al rubro salud a un alza significativa del 2,5%. Los productos estacionales tuvieron una baja incidencia y también los regulados con una inflación núcleo que alcanzó el 1,4%. Los alimentos y bebidas volvieron a mostrar una fuerte presión alcista, con un incremento a nivel país del 2,1%. Durante septiembre y hasta las elecciones se evitarán decisiones que movilicen al sistema de precios.
Los tarifazos para después de las elecciones, ya está asumido que las malas noticias no se exponen a la opinión de los votantes, alcanzarán a la electricidad, el gas, el agua y los combustibles, pero se postergaría el transporte público por su fuerte impacto. Sin duda, de esa forma se le facilitaría las cosas al Banco Central, aunque en enero sin duda el tarifazo en esa área será muy significativo.
El Banco Central ya es conciente de que la meta de inflación del 17% anual como máximo es inalcanzable, en tanto hasta hoy se registro un incremento del 15,4% cuando aún faltan cuatro meses y fuertes ajustes tarifarios. Su máxima aspiración es que los últimos meses del año el crecimiento de los índices no se aleje demasiado del 1%, de forma de empezar a converger con la meta del 12% anual para 2018, que desde ya parece más imposible de alcanzar que la del 17% para 2017.