Marcado alivio en la coyuntura económica

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Los resultados de las PASO permitieron la recuperación de la confianza en los mercados y de esa forma dieron lugar a una fuerte caída del dólar y el riesgo país, junto a una suba de las acciones. Las expectativas de que el gobierno consolide el poder político que le permita llevar adelante un programa de reformas para mejorar la situación fiscal trajeron un pronunciado alivio en la coyuntura. Pero es obvio que las elecciones no dan solución a los problemas de fondo que se expresan en el pronunciado desequilibrio de las cuentas del sector público y el sector externo. Por lo tanto, el alivio es transitorio y será necesario esperar a que las reformas sean implementadas -posiblemente a partir del año próximo- para garantizar crecimiento con estabilidad de largo plazo.

En principio, la caída del dólar saca del escenario una peligrosa fuente de inflación. Ya es inevitable un impacto sobre los índices de precios de agosto, lo que hace que las consultoras proyectan en general que el mes cerrará con incremento de los precios al consumidor superior al 1,5%. Pero en septiembre y octubre se observaría un descenso a niveles más cercanos al 1%. A partir de allí, los incrementos ya anunciados de tarifas de luz, gas y combustibles darán lugar a una nueva aceleración con una inflación anual superior al 20%.

En cuanto a la marcha de la actividad económica, es previsible que en los próximos meses continúe la recuperación de la actividad económica, liderada por la obra pública, pero ya acompañada por otros sectores de la actividad. La mayor parte de las estimaciones de crecimiento se ubican entre el 2% y el 3% para el año en curso. Pero las garantías de continuidad de este proceso durante el año entrante dependen de la eficacia de los mecanismos de ajuste fiscal que, si no son aplicados cuidadosamente, tienen efectos recesivos como los registrados en 2016.