“Hasta el año 2005, la participación de la moto en la siniestralidad vial grave argentina (siniestro con participación activa de una moto) no superaba el 10% del total. Una década después, luego de una progresión casi geométrica, dicha participación se triplicó, alcanzando en el año 2016 el 30,6% de participación. El siniestro vial que involucra al vehículo moto evidencia una problemática muy generalizada en el entorno urbano”, advirtió el Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV) en un reciente informe.
En 2016, el 80,4% de estos siniestros viales graves (con un lesionado con fractura, como mínimo) ocurrió en zonas urbanas. La participación de motos en estos siniestros en zonas urbanas por provincia fue encabezada por La Pampa (94,4%), seguido por La Rioja y Santa Cruz (93,3%), Buenos Aires (89,3%) y Chubut (88,9%). En tanto, la distribución porcentual de siniestros viales graves con participación de por lo menos una moto por provincia durante el año pasado fue liderada por Córdoba (15%), seguida por Santa Fe (14,2%), Buenos Aires (14,1%), Santiago del Estero (12,8%) y Entre Ríos (5,8%). Se trata de datos absolutos que no se encuentran relacionados a cantidades de población y parque vehicular.
“Aumenta la cantidad de motos, aumenta el riesgo, pero las políticas públicas, los programas de seguridad de las empresas y el cuidado personal parecen no acompañar con eficiencia esa realidad”, denunciaron desde ISEV.