125 años de vida: un repaso por la larga trayectoria de La Equitativa en el mercado argentino

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Carlos Grandjean, presidente de La Equitativa.

La Equitativa del Plata fue creada en 1897 por 32 accionistas fundadores procedentes de los más diversos países europeos: Inglaterra, Irlanda, Alemania, España, Italia, Francia… Entre ellos, se destacan los nombres de Ernesto Tornquist y de Jacobo Peuser. Ninguno de ellos tenía más del 6% de las acciones de la sociedad: la diversidad, al menos en el origen, estaba garantizada.

El 20 de enero de 1897 se realizó una asamblea general de accionistas en la que aprobaron los primeros estatutos de la empresa. El 27 de febrero, esos mismos estatutos fueron aprobados por el presidente de la República Argentina de aquel entonces, José Evaristo Uriburu. El 13 de marzo, bajo la escritura 4814 de la escribanía 2 a cargo de Andrés Terry, quedaron registrados los 32 accionistas fundadores que suscribieron 409 acciones. El 24 de abril, finalmente, la sociedad quedó inscripta en el Registro de Comercio para dedicarse exclusivamente a la venta de los seguros de vida. Su primer presidente fue Miguel Tedín, tras un fugaz paso de José Toso.

Desde el principio se suscribió un contrato de reaseguros con The Norwich Union Life Insurance Society, una compañía inglesa fundada en 1808 que reaseguraba una parte proporcional de sus riesgos. Esta aseguradora inglesa permanece vigente hoy en día bajo la denominación de AVIVA. Es el sexto grupo asegurador mundial y el primero del Reino Unido.

De acuerdo con las memorias y los balances de los primeros años, de los que contamos con sus originales, el primer ejercicio ocurrió sin siniestros. Hasta que el 12 de enero de 1899 falleció de forma accidental Esteban Fontanarrosa, cuya vida se encontraba asegurada en la suma de 10 mil pesos bajo la póliza 28 emitida el 20 de julio de 1897. Cobró la indemnización Elvira Valdez de Fontanarrosa en presencia del testigo Luis Fontanarrosa. Fue en Coronda, provincia de Santa Fe, el 23 de enero de 1899, es decir, once días después de ocurrido el hecho y al día siguiente de presentarse la documentación. ¿Quién hubiera dicho que 125 años después la celeridad en el pago seguiría siendo nuestro principal atributo?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El recibo original del 23 de enero de 1899 por la indemnización que cobró Elvira Valdez de Fontanarrosa a causa del fallecimiento de Esteban Fontanarrosa.

Si alguien se acerca a las oficinas de la Gerencia Comercial, en la casa matriz de Carlos Pellegrini 1069, podrá ver la póliza original 28 y, al dorso, el recibo original escrito y firmado de puño y letra por la beneficiaria.

Paralelamente, en 1905, nuestro bisabuelo, Carlos Luis Grandjean, a la edad de quince años se iniciaba en la actividad aseguradora trabajando como cadete en la London and Liverpool Globe. Luego de una brillante carrera en diversas aseguradoras, hacia la década del ‘40, el destino de La Equitativa y el de nuestra familia quedarían definitivamente vinculados.

Pandemia y renovación tecnológica

Desde aquel entonces hasta aquí, las vimos todas o al menos esto pensábamos hasta que nos encontramos con la pandemia y la cuarentena y nos volvimos a dar cuenta de que siempre continuarán apareciendo hechos aleatorios, inciertos, desconocidos, que alteran nuestra existencia; es decir, la presencia del riesgo y de sus múltiples formas son parte de nuestras vidas.

Los cambios y las revoluciones tecnológicas integran ese entorno de riesgo. A pesar de ello, las bases del seguro en su esencia siguen siendo las mismas desde su origen: mientras las personas, las familias, las empresas y los diversos entes que conforman los Estados estén sujetos a riesgos aleatorios susceptibles de ser valorados económicamente y cuya frecuencia de recurrencia pueda ser medianamente estimada, ahí estaremos los aseguradores para asumir esos riesgos a cambio de una prima, bajo las especificaciones del contrato y la supervisión y el control del Estado.

Desde La Equitativa consideramos que no será posible el desarrollo de nuestro país sin el desarrollo de un mercado de seguros profesional y solvente que se constituya en el principal inversor institucional con el objeto de poder financiar el crecimiento de nuestra querida Argentina, como sucede en los países del Primer Mundo.

En este sentido, entendemos que, más allá de nuestros intereses particulares como empresa, tenemos una misión y una responsabilidad más amplias con nuestro país. Estuvimos ejerciendo estos valores en los últimos 125 años y lo continuaremos haciendo.

Columna escrita por Carlos Grandjean, presidente de La Equitativa. Fue publicada en la revista Todo Riesgo de noviembre.

 

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