Todo Riesgo conversó con Marcelo Peluso, jefe de Prevención y Análisis de Fraude de Seguros Rivadavia, a los efectos de conocer el impacto del fraude en el mercado asegurador argentino.
En primer término, el directivo relató que “nuestra empresa cuenta con un departamento específico, integrado por especialistas que se encargan de prevenir y detectar maniobras fraudulentas. Impulsamos también la educación al asegurado y a la sociedad, que son grandes perjudicados cuando se comenten este tipo de delitos. Asimismo, percibimos como ventajas estratégicas la capacitación del personal, la incorporación de nuevas tecnologías y el trabajo en conjunto con las colegas. Como dato significativo, cumplimos y apoyamos la Resolución Nº 38.477 de la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) en cuanto a políticas y normas para combatir el fraude en el seguro”.
Ramos y formas
Peluso también dio a conocer que “en virtud de la idiosincrasia de nuestro grupo asegurador, apreciamos este flagelo mayormente en los ramos automotor y transporte público de pasajeros. Igualmente, se observan estas maniobras en los seguros de casas y comercios, seguro técnico, transporte y accidentes personales”.
El ejecutivo señaló en este sentido que “el fraude se manifiesta cuando el delincuente advierte la posibilidad de enriquecerse ilícitamente y encuentra a las aseguradoras con la guardia baja. En cuanto a las modalidades, estas son muy variadas. Existe un desarrollo progresivo del fraude que va mutando con el tiempo. Estos hechos delictivos se vuelven cada vez más complejos y adoptan nuevas formas”. Los casos más comunes, prosiguió, “siguen siendo los autorrobos, los cambios de fecha y las magnificaciones de daños o lesiones”.
Pérdidas
Consultado acerca de las pérdidas originadas por el fraude, Peluso reflexionó que “son muy difíciles de establecer. En primer lugar, porque nadie puede saber con exactitud cuántos fraudes fueron cometidos sin ser detectados. Por otra parte, las estimaciones realizadas son todas sobre datos que no todo el mercado comparte. Podríamos hablar de entre un 10% y un 20% de los siniestros pagados, pero tampoco existe un consenso de qué se considera fraude. Por ejemplo, supongamos que la presentación de un presupuesto ‘inflado’ en un reclamo de terceros es una tentativa de fraude. Empíricamente, podríamos estar hablando de un porcentaje superior al 80% solamente en los reclamos. Entiendo que cualquier estimación resulta relativa. Lo que sí puedo afirmar es que se trata de muchísimo dinero para las finanzas de las aseguradoras”.
Pandemia
Finalmente, sobre la evolución del fraude a partir de la pandemia iniciada en 2019, el directivo manifestó que “si bien al principio del aislamiento el caudal de accidentes de tránsito disminuyó significativamente por la prohibición de circular, el fraude fue trasladándose a los riesgos de casco, como ser los robos de vehículos y de ruedas. Hoy se encuentra en los niveles normales de detección, potenciándose por el hecho de que, a medida que la crisis económica va en aumento, se incrementan los porcentajes asociados”.
Seguinos en las redes:
LinkedIn: https://bit.ly/TodoRiesgoLinkedIn
Twitter: https://bit.ly/TodoRiesgoTwitter
Facebook: https://bit.ly/TodoRiesgoFacebook
YouTube: https://bit.ly/TodoRiesgoYouTube