Perspectivas: ¿La V, la U, la L o un 1?

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Al analizar las perspectivas para el año entrante en Argentina, algunos apelan a la teoría del ciclo económico y a la duración promedio que en ese sentido tienen las recesiones en el país para apoyar los pronósticos del gobierno de una recuperación del crecimiento económico a partir del segundo o, a lo sumo, el tercer trimestre.

Para los que creemos que esta crisis por su magnitud se parece mucho a la de 2001, cabe recordar que en esa oportunidad la recesión se inició a comienzos de 1999 y con pequeñas oscilaciones duro hasta 2002, con un cambio sustancial de la política económica y la fuerte tendencia alcista del precio de la soja. Sin embargo, hay también diferencias entre el escenario y las políticas económicas que caracterizaron la brutal caída de la economía de fines y comienzos de siglo con la actual y sería muy largo analizar en que se parecen 1999-2001 y el proceso iniciado en 2018.

Por eso es interesante considerar los factores que en condiciones normales favorecen en forma automática la recuperación de la actividad después de una fuerte caída. Se señala en este sentido como muy importante que las empresas agotan los stocks que tenían a comienzo de la crisis y tienen que reanudar la producción para poder seguir en el mercado. Por otra parte, se supone que la recesión provoca una caída de los salarios reales y una elevada capacidad ociosa en las empresas. De esa forma, sin inversión alguna y con menor capital de trabajo es posible intensificar la producción. También las recesiones producen mejoras en el sector externo con mayores saldos exportable y menores importaciones, y de esa forma va recuperándose la confianza y el optimismo. Puede hablarse también de una buena cosecha, el descubrimiento de ricos yacimientos o la mejora en precios de los productos de exportación y de las condiciones internacionales en general. Hay otros factores que no es preciso enumerar.

Pero estas consideraciones teóricas se enfrentan a un factor fundamental y que las proyecciones optimistas subestiman: la certidumbre de que Argentina está frente al estallido irreversible de una fuerte crisis externa que se hará cada día más evidente.

¿Por qué la crisis externa es inevitable? Porque Argentina estaba al borde de la cesación de pagos en abril de este año y sólo se logró evitar merced a un gigantesco préstamo del FMI. Aun con este préstamo sin precedentes, la crisis continuó y fue necesario adelantar los fondos que se preveía distribuir en cuatro años a sólo dos, hasta las elecciones presidenciales, de forma que a partir de 2020 no queda recurso alguno proveniente de la institución monetaria.

¿Será posible reemplazar la asistencia del Fondo por créditos del sector privado? Más allá de las diferentes visiones sobre el éxito de la política de ajuste en marcha, lo cierto es que el riesgo país aumenta día a día y tiene niveles que hacen completamente inaccesible el acceso al crédito internacional. De esa forma, la crisis externa, como muchos economistas de distintas posiciones prevén, está llamada a estallar a partir de 2020 o incluso 2019, por el hecho natural de que los mercados se anticipan ya que nadie quiere ser el último en salir.

El aumento del riesgo país implica que el mercado quiere desprenderse de los bonos argentinos y los pocos compradores reclaman un rendimiento cada vez mayor para comprarlos. Cuando se llegue a una cesación de pagos o al agotamiento de las reservas de divisas del Banco Central y se mantengan de acuerdo al actual modelo económico todas las puertas abiertas para la salida de capitales, el dólar en los mercados, o en su defecto el dólar paralelo, están llamados a subir aceleradamente. La huida del peso puede tener efectos pronunciadamente inflacionarios con dramática caída del poder adquisitivo del salario y derrumbe de la actividad productiva.

La crisis podría sólo enfrentarse con nuevos préstamos del FMI, ya que el nivel de riesgo país anticipa que no va a haber crédito del sector privado ¿Y cabe esperar que tras el fracaso de dos programas de ajuste con créditos records de 57 mil millones de dólares el FMI estará dispuesto a aumentar su financiamiento?

Todo indica que tras la breve recuperación de 2017, la crisis iniciada en 2018 no tendrá solución hasta que se supere la crisis externa. El 1 es el dibujo que mejor representa las perspectivas económicas.