Problemas en el sistema circulatorio de nuestras ciudades

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María Cristina Isoba, presidenta de Luchemos por la Vida, acercó el siguiente artículo para reflexionar sobre el estado en el que se encuentra el sistema de circulación vehicular en las ciudades de la Argentina y qué se puede hacer para mejorarlo.

Sistema circulatorio

Si imaginamos las ciudades como un organismo vivo, podemos comparar el sistema circulatorio del cuerpo humano con el sistema del tránsito. Las vías de circulación vehicular, calles y rutas, cumplen la función de conectar, como las venas y arterias, distintas partes de un territorio habitado por gente que necesita nutrirse, intercambiar productos, llevar y traer, para hacer posible la vida de cada ser humano, el equivalente a cada célula del cuerpo.

Ahora bien, estas vías de circulación pueden ser eficientes para el fluido tránsito de personas y productos de cada día o resultar insuficientes. Si no lo son, los problemas en el conjunto del funcionamiento urbano no tardarán en manifestarse: las personas y los servicios que estas presten comenzarán a llegar tarde y mal; habrá choques y problemas en el funcionamiento social con la inevitable consecuencia de una mayor siniestralidad vial, muertos y heridos.

Tránsito en nuestras ciudades

Podemos afirmar que el sistema del tránsito actual en nuestras ciudades está enfermo por diferentes razones. Muchos dicen que se debe al aumento del flujo vehicular, pero no es solo eso. Las principales ciudades de muchos países, europeas por ejemplo, vieron crecer año a año la cantidad de vehículos y, simultáneamente, disminuyeron sus índices de siniestralidad.

En nuestro país se suman otros problemas que empeoran la situación como por ejemplo, la falta de controles y accionar de las autoridades ante el estacionamiento indebido de vehículos que se incrementa cada día con vehículos detenidos en doble fila que, como si fueran placas de ateromas, achican el área de circulación disponible para albergar un creciente número de personas y vehículos. Los arreglos en calles y por servicios, sin coordinación, que se prolongan meses obstruyendo o impidiendo la circulación, en una movilidad anárquica y complicada por el incremento de ciclistas, motociclistas y patinetes eléctricos. El aumento de distracciones, falta de señalización horizontal, etc.

Algunos tratamientos sistémicos eficaces

  • Incrementar los controles y ser efectivos en las sanciones a los infractores, para ordenar e impedir el estacionamiento indebido o fuera de horario para la carga y descarga y otros comportamientos tales como el uso del teléfono celular, no respeto al semáforo rojo, a los límites de velocidad, etc.
  • Mejorar la red de transporte público para desalentar el uso del auto particular.
  • Implementar una planificación urbana racional integral, que incluya la red vial según el tipo de uso del suelo, con carriles exclusivos para el transporte colectivo, ciclovías y áreas peatonalizadas.

No existen las soluciones parciales. Si continuamos con nuestra analogía corporal, a juzgar por la siniestralidad vial, podemos asegurar que nuestro sistema de tránsito se encuentra grave. Y la atención de emergencia no está a la altura de las circunstancias cuando se conocen, mejor que nunca, los tratamientos exitosos para su cura.

 

 

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